domingo, 15 de mayo de 2016

El Santo Oficio (1974)




Director: Arturo Ripstein
Méjico, 1974, 130 minutos

El Santo Oficio (1974) de Arturo Ripstein

Los créditos finales no dejan lugar a dudas: «Esta película es una ficción inspirada en hechos reales y documentos verdaderos. La realidad a la que aspira no es la certidumbre de la historia sino la verosimilitud de la fábula». Estamos en el Méjico de 1593. O lo que viene a ser lo mismo: en el Virreinato de la Nueva España. El Santo Tribunal de la Inquisición, así en la Península como en América, había puesto la mira en perseguir a todo aquel que disintiese de la doctrina oficial. Sobre todo tratándose de los adeptos a la "fe muerta de Moisés", expulsados y perseguidos desde un siglo antes.

En semejante marco histórico asistimos al proceso instituido contra la familia Carvajal, españoles naturales de la villa zamorana de Benavente y emigrados a Méjico, donde pretendían mantener vivo el rito judaico de puertas adentro. La delación, llevada a cabo por Gaspar, el hijo menor y fraile dominico, desencadenará una cruenta causa judicial en la que intervienen los verdugos con métodos de lo más expeditivo.

Quinto largometraje del mejicano Arturo Ripstein, rodado en 1973 en los Estudios Churubusco, El Santo Oficio impresiona por la aspereza de determinadas escenas en las que no se escatiman detalles, por más inhumanos que resulten, de lo que debió ser una práctica tan habitual como inútil: a fin de cuentas, nos viene a decir el último plano, han torturado y ejecutado a unos cuantos, pero las ideas siguen vivas. La Inquisición (y los regímenes totalitarios en cualquier lugar y época, entiéndase bien la intención última de los guionistas, el propio Ripstein y el poeta José Emilio Pacheco) podrá valerse tanto como desee de la represión y la violencia para condenar a la hoguera a heresiarcas, apóstatas y heterodoxos porque eso, ni más ni menos, es igual de infructuoso que ponerle puertas al campo.

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P.D.: En el apartado anecdótico, vale la pena destacar la presencia en el reparto de El Santo Oficio del actor Claudio Brook (1927-1995) encarnando al severo fray Alonso de Peralta. Los aficionados al cine de Buñuel sin duda lo recordarán por su memorable interpretación del estilita de Simón del desierto.


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