viernes, 22 de abril de 2016

La ciudad desnuda (1948)









Título original: The Naked City
Director: Jules Dassin
EE.UU., 1948, 96 minutos

La ciudad desnuda (1948) de Jules Dassin

Una panorámica aérea de la ciudad de Nueva York sirve de introducción a The Naked City. Enseguida, la voz en off del productor Mark Hellinger nos acompañará durante todo el filme para ir presentándonos los hechos mediante una estructura que va desde lo general hasta lo particular.

Barry Fitzgerald interpreta al teniente Dan Muldoon, uno de esos irlandeses con retranca a los que tantas veces dio vida en la pantalla. En esta ocasión él y sus hombres deberán aclarar las extrañas circunstancias que rodean la muerte de Jean Dexter, una atractiva modelo vinculada a una red de extorsión.

Pero lo verdaderamente interesante de La ciudad desnuda no es tanto lo que cuenta sino cómo. Amén de la ya citada narración de Hellinger (quien, por cierto, no llegaría a ver estrenada la película, toda vez que falleció víctima de un infarto en 1947), destaca el hecho de que fue enteramente rodada en exteriores, llegando a utilizarse cámara oculta para filmar en las calles de Nueva York. A tal efecto, es especialmente memorable la escena de la persecución final, con remate del antagonista encaramado en lo alto del puente de Williamsburg.

Dan Muldoon (primero por la derecha) y su equipo

Hasta en los títulos de crédito fue esta una cinta innovadora, teniendo en cuenta que se trata de una de las primeras veces en que estos se reservaron para el final en lugar de arrancar con ellos como era lo habitual en aquel entonces. Es al acabar, pues, que descubrimos que la música ha sido compuesta conjuntamente por Miklós Rózsa y Frank Skinner y que la dirección corrió a cargo de Jules Dassin, quien, por cierto, no quedó muy satisfecho con el resultado final: sin duda, The Naked City es más una película de productor que de director.

Dos Óscars (mejor fotografía en blanco y negro y mejor montaje) coronarían el éxito de uno de los clásicos del cine negro, centrado, tal y como recuerda la voz de Mark Hellinger en el plano final, en una de tantas historias que acontecen a diario en la ciudad de Nueva York.


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