sábado, 7 de marzo de 2015

Viaje a Júpiter (1909)




Título original: Le voyage sur Jupiter
Título alternativo: Sueños de un astrónomo
Director: Segundo de Chomón
Francia, 1909, 8 minutos




En una corte medieval, un rey y su astrónomo observan los cuerpos celestes a través de un enorme telescopio. Salen entonces al balcón y el viejo y alegre gobernante queda absorto por el fenómeno, dedicando algún tiempo más al estudio de las estrellas y los planetas. La tarde ha dado de sí tantas emociones que una profunda impresión permanecerá en la mente del rey durante sus sueños. Así las cosas, al retirarse por la noche tiene una increíble pesadilla, en la que se imagina que está subiendo por una larga escalera al planeta Júpiter.

Durante el trayecto, irá pasando sucesivamente por los demás planetas y recibiendo un saludo oficial en cada uno de ellos en honor a su eminente posición en la tierra. Finalmente, llegará a Júpiter, donde es admitido en el palacio del Rey, concediéndosele una audiencia con el monarca/dios. Pero Júpiter y su séquito se muestran tan sumamente violentos al acogerlo que enseguida deseará estar otra vez de vuelta en la tierra. Por último, lo arrojan fuera del planeta, pero por suerte para él se agarra a la escalera y comienza a descender. Aunque cuando pasa por Mercurio, su único habitante corta dicha escalera con unas tijeras enormes y su alteza real se precipitará a través del aire, hasta aterrizar con un golpe terrible en la tierra. Y es entonces cuando se despierta, para encontrarse arrastrándose en el suelo de su habitación.

Durante años se pensó que esta película la había rodado Georges Méliès. Incluso en algunos VHS llegaría a aparecer entre otras películas del director francés, bajo el título Sueños de un astrónomo y fechada en 1898.

Viaje a Júpiter puede considerarse una variación elaborada de Viaje a la luna, la película que consagró a Georges Méliès. Segundo de Chomón incluye en ella todos los recursos imaginables del primer cine: paisajes dibujados, cicloramas, stop motion, acróbatas, fuegos artificiales... Teniendo muchos de ellos su origen en el ilusionismo y la linterna mágica. 

Con el devenir de los años, esta deliciosa e ingenua técnica de la narración de historias sería reemplazada por la moderna y más sutil gramática cinematográfica, con lo que el cine ganaría en madurez, pero perdería también buena parte de su encanto primitivo.


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