Título original: Coeur de gueux
Director: Jean Epstein
Francia, 1936, 80 minutos
El pintor Jean Berthier y su mejor amigo son dos jóvenes de la alta burguesía que pasan la mayor parte de su tiempo asistiendo a fiestas y llevando una vida disoluta. Un día visitan una perfumería con el objetivo de comprar una esencia para la amante de Jean (una conocida artista de Music-Hall), pero Berthier quedará prendado de la dependienta (Claude, interpretada por Madeleine Renaud). Tras un fugaz idilio, Claude acaba embarazada pero, sintiéndose ignorada, se marcha a vivir a una pequeña aldea sin decirle nada a Jean. Allí, tras un fallido intento de suicidio, conocerá a un anciano bonachón jefe de una compañía de feriantes que se hará cargo de la madre y de la criatura como si de un padre adoptivo se tratara.
Entre los elementos destacables de la película, resulta especialmente cómico el amigo de Berthier, señorito estrafalario que suele enredarse en un muy personal galimatías cada vez que intenta argumentar algo. Por ejemplo, suele iniciar sus disquisiciones planteando alternativas que es incapaz de completar: "Por una parte, tal..." o "Esto es debido a dos motivos: uno sería cuál..." Pero cuando sus interlocutores, desconcertados, le preguntan anhelantes por la otra razón, él se encoge de hombros y zanja bruscamente la cuestión.
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