domingo, 1 de marzo de 2015

Mauprat (1926)




Director: Jean Epstein
Francia, 1926, 88 minutos

Mauprat (1926) de Jean Epstein


Esta anodina producción histórica, adaptación de la novela del mismo título de George Sand, será siempre recordada por haber sido la primera película en la que participó Luis Buñuel. El genial aragonés debutaba en el mundo del celuloide asistiendo a Epstein en labores de auxiliar de dirección e interpretando un pequeño papel como extra: todo parece indicar que encarnó a un monje y a un centinela, aunque reconocerlo en la pantalla es tarea casi imposible.

La película contiene elementos de tipo gótico, caballeresco, romántico, melodramático e incluso detectivesco. En cuanto al argumento propiamente dicho, este se sitúa justo antes de la Revolución Francesa, centrándose en los amoríos que mantienen la joven Edmée de Mauprat y el díscolo Bernard de Mauprat, quienes, desconociendo su parentesco, irán pasando alternativamente del amor al odio.

La trama muestra la evolución personal experimentada por Bernard: huérfano desde la más tierna infancia, pertenece a una rama escindida de la familia formada por aristócratas desleales y algo criminales. Tras un juicio sumarísimo, será salvado por su prima Edmée y por el padre de esta, el Caballero Hubert de Mauprat, de morir en la horca. Su regreso provocará conflictos hasta entonces desconocidos entre los Mauprat, a cuyos elegantes ademanes (peluca empolvada incluida) querrá adaptarse el joven solo con tal de seducir a su prima (ya prometida al Caballero de La Marche) después de haber obtenido por la fuerza su juramento de fidelidad.

En definitiva, Mauprat vendría a ser, salvando las distancias, una especie de cruce entre El pequeño salvaje de François Truffaut y la parábola del hijo pródigo.



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