sábado, 7 de marzo de 2015

La caída de la casa Usher (1928)




Título original: La chute de la maison Usher
Director: Jean Epstein
Francia, 1928, 63 minutos



Un desconocido que responde al nombre de Allan (interpretado por el actor Charles Lamy) llega a una posada y pide que lo lleven a la casa de Usher. Los lugareños se muestran bastante reacios ante semejante petición, pues todo el mundo sabe que sobre dicha casa pesa una grave maldición, pero el desconocido conseguirá finalmente un cochero que se preste a transportarlo hasta las inmediaciones de dicho emplazamiento. 

Allan resultará ser el único amigo que posee Roderick Usher (Jean Debucourt), quien habita en la extraña mansión junto a su esposa enferma Madeline (sic) Usher (Marguerite Gance) y el siniestro médico que la atiende (Fournez-Goffard). Madeline, musa amada y modelo, está siendo pintada por Roderick en un retrato de enorme realismo (de hecho Epstein utilizó, a tal efecto, un espejo durante el rodaje de estas escenas del filme). Pero conforme el esposo avanza en la realización del cuadro, su mujer va perdiendo cada vez más fuerzas, como si realmente fuera la pintura la que le absorbiera la energía. Cuando finalmente ella muere, Roderick se negará a aceptar su muerte hasta que, en una noche oscura, Madeleine acabará regresando del más allá...

Además de suponer la última colaboración entre el joven ayudante de dirección Luis Buñuel y Jean Epstein, La caída de la casa Usher será siempre recordada por lo etéreo de muchas de sus escenas, sus sombríos decorados de inspiración onírica y el uso de la cámara lenta y del travelling para dotar a la historia del terror que lleva implícito el relato de Edgar Allan Poe.



Luis Buñuel (primero por la izquierda) dando indicaciones durante el rodaje.

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