domingo, 11 de octubre de 2020

Guest (2010)




Director: José Luis Guerín
España, 2010, 127 minutos

Guest (2010) de José Luis Guerín


Con el pretexto de asistir a cuantos festivales requieran su presencia a lo largo y ancho del planeta, un cineasta se pone el mundo por montera y decide registrar su estancia en cada ciudad con la única ayuda de una cámara digital. Tras un año de ir de aquí para allá filmando paisajes y gentes en blanco y negro el resultado es un cuaderno de bitácora que el autor decide titular Guest en honor a su condición de mero invitado en todos y cada uno de esos lugares.

Rodada entre septiembre de 2007 y septiembre de 2008, durante la gira promocional de En la ciudad de Sylvia (2007), la película adopta la forma de un diario de viaje, ecléctico y caleidoscópico, en el que se dan cita multitud de retazos con los que pudieran esbozarse mil posibles historias. Son los predicadores de São Paulo o de Santiago de Chile, con su verbo incisivo; las mulatas de Cali; los niños palestinos que juegan entre las ruinas de una guerra despiadada; el anciano cubano que se parece a don Quijote; el nonagenario fotógrafo de Macao; los habitantes de las chabolas limeñas... Otras veces, en cambio, no hace falta salir de Europa para topar con una manifestación de sin papeles en París o coincidir en Venecia con Chantal Akerman, Abbas Kiarostami o Ermanno Olmi (por desgracia, hoy todos fallecidos).



«Anoche estuve en el reino de las sombras...», escribió Máximo Gorki. «Si supierais hasta qué punto es aterrador... Allí no existe ni el sonido ni el color: todo, la tierra, los árboles, los hombres, el agua y el aire, todo tiene allí un color gris uniforme. En el cielo gris, rayos de sol grises; en los rostros grises, ojos grises. Y hasta las hojas de los árboles son grises como la ceniza: no es la vida, sino una sombra de vida. No es el movimiento, sino una sombra de movimiento, desprovista de sonido». Palabras que un día inspiraron el título de uno de los largometrajes más logrados de Guerín, Tren de sombras (1997), y que vuelven a escucharse en algún momento de Guest, quizá para subrayar el carácter fantasmagórico de toda experiencia cinematográfica.

El caso es que su director, tras el éxito cosechado diez años antes con En construcción (2001), volvía a recurrir a la técnica del work in progress como procedimiento creativo de primer orden: el azar puesto al servicio de la imagen poética. O del filme-ensayo que nos recuerda que habitamos una aldea global. Tal vez, incluso, del documento social que da voz a los desheredados del tercer mundo. Sea como fuere, Guest es, por su estructura de película-diario, a medio camino entre la ficción y el documental, un sentido homenaje a Jonas Mekas, quien interviene en uno de los momentos culminantes de la cinta y con quien el cineasta mantuvo una interesantísima correspondencia.



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