domingo, 18 de octubre de 2020

Gary Cooper, que estás en los cielos... (1980)




Directora: Pilar Miró
España, 1980, 98 minutos

Gary Cooper, que estás en los cielos (1980)
de Pilar Miró


De no haber fallecido víctima de un infarto en 1997, Pilar Miró habría cumplido este año los ochenta. Al igual que John Lennon. Como tantos otros miembros de una generación cuyas filias y fobias recoge esta película. Gary Cooper, que estás en los cielos... (1980) es, de por sí, un título lo suficientemente explícito como para dejar clara la pasión cinéfila de su protagonista, una mujer independiente inmersa en plena crisis existencial, realizadora de televisión, aspirante a dirigir, algún día (y si la dejan), sus propias películas y trasunto en casi todo de la mismísima Pilar Miró.

A este respecto, la colaboración entre la directora y la actriz Mercedes Sampietro, que en el futuro daría como resultado filmes tan notables como El pájaro de la felicidad (1993), alcanzaba aquí una de sus cumbres más personales, retrato generacional en clave femenina, así como testimonio del estado de toda una sociedad, la España de la transición, justo cuando Miró se hallaba inmersa en el ominoso episodio suscitado a raíz de la prohibición de El crimen de Cuenca (1980).



Por su temática, y dado que Andrea (Sampietro) está pendiente de una decisiva intervención quirúrgica, la cinta entroncaría con referentes de la Nouvelle Vague como Cléo de 5 à 7 (1962) de Agnès Varda, si bien las continuas alusiones a mitos del cine clásico americano (por no hablar del aire melancólico que destila la banda sonora de Antón García Abril) denotan una más que evidente afinidad de la directora con el estilo que por aquel entonces practicaban algunos de sus más afamados colegas de profesión. Tal sería el caso, por ejemplo, del José Luis Garci de Solos en la madrugada (1978) o del Méndez-Leite de El hombre de moda (1980).

Sin embargo, aquí lo primordial no era tanto el toque antiheroico que define a los personajes creados por los susodichos, sino el carácter abiertamente feminista de una mujer en la que el éxito profesional no va acompañado de una vida sentimental plenamente satisfactoria. Lo cual no es óbice para que Andrea, a caballo entre una relación sin futuro con el periodista Mario (Jon Finch) y el recuerdo de otros hombres a los que amó, decida libremente sobre su cuerpo de la misma forma que solió hacerlo en la vida real la persona que inspira semejante alegato en favor de la emancipación.



4 comentarios:

  1. Hola Juan.
    sobre tus últimas reseñas no puedo comentar mucho. Me doy cuenta qué poco conozco de cine.

    Solo paso a decir que estamos un poco alineados con los títulos. El título de mi última entrada, bien puede reemplazar a Gary Cooper en el tuyo y quedaría perfecta la frase.

    Vuelvo la próxima con algo más atinado que decir.
    Se aprende mucho acá.

    Abrazos!

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    1. Gracias, Frodo. Aunque yo creo que tus palabras siempre son atinadas (aparte de que se agradece que te pases por aquí para comentar).

      Si no has visto la película de Pilar Miró, te la recomiendo por su enorme sensibilidad.

      Saludos y hasta la próxima.

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  2. Que tal Juan!
    Lo que le hicieron a Pilar Miro no tiene nombre, es por eso que me entristecen cierta caspa que últimamente pulula en el ambiente, lo dejo aquí que me caliento...
    ¡Grande Pilar!
    Saludos y feliz dia!

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    1. Bueno, bueno, Fran: también ella fue una mujer de armas tomar. En todo caso, sus películas valen enormemente la pena.

      Saludos y buen fin de semana.

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