jueves, 7 de enero de 2016

La odisea de Alice (2014)




Título original: Fidelio, l'odyssée d'Alice
Directora: Lucie Borleteau
Francia, 2014, 97 minutos

La odisea de Alice (2014) de Lucie Borleteau


De todos es sabido que Beethoven únicamente compuso una ópera: Fidelio, cuyo libreto alemán (escrito por Joseph Sonnleithner) estaba, a su vez, basado en la comedia Léonore ou l'amour conjugal, de Jean-Nicolas Bouilly. Y de eso precisamente, del amor "conyugal", trata un poco el primer largometraje de ficción que dirige la actriz francesa Lucie Borleteau. 

Nacida en 1980, hasta la fecha la habíamos visto únicamente en filmes como Casa de tolerancia (2011, Bertrand Bonello) o La chica del 14 de julio (2013, Antonin Peretjatko). Ahora da el salto a la dirección con esta historia sobre el triángulo isósceles que forman Gaël, Alice y Felix.

Alice (interpretada por Ariane Labed) se debate entre el amor del dibujante noruego Felix, al que ha conocido en tierra, y el apasionado romance que mantiene en alta mar con su antiguo novio Gaël, capitán del Fidelio (buque de mercancías en el que Alice trabaja como mecánico). Dada su ocupación y las circunstancias en las que la desarrolla, queda claro que estamos frente a una muchacha fuerte que no se arredra ante nada.



Pero es precisamente por su ambientación y por situar en ella una historia en la que los sentimientos están a flor de piel que La odisea de Alice recuerda un poco a la plataforma petrolífera de La vida secreta de las palabras (2005), film dirigido por otra mujer, en este caso Isabel Coixet. A priori, nadie pensaría en las inhóspitas salas de calderas y sus motores grasientos como el espacio idóneo para que pueda desarrollarse un romance de estas características, si bien es cierto que la soledad y el aislamiento también contribuyen en buena medida. Por lo explícito de algunas escenas, en cambio, se la podría comparar con La vida de Adèle (2013, Abdellatif Kechiche).

Hay, asimismo, una muerte misteriosa de por medio y un diario íntimo de la víctima que Alice leerá con morbosa curiosidad. Pero ahí es donde empiezan las pegas que se le pueden echar en cara a una película a todas luces mal resuelta: ¿por qué crear suspense con el cadáver de Patrick Legall, su diario y la viuda de éste si después queda todo en agua de borrajas...? ¿Puede alguien dar crédito a la escena del entierro en alta mar? Cierto que la presencia de una chica joven en un ambiente tan masculino y en el que no siempre resulta fácil convivir debido a la rudeza de sus compañeros es uno de los puntos fuertes del guion, aunque hay, por contra, otras tramas que generan falsas expectativas y de las que o bien se podría haber prescindido o bien haber profundizado en ellas (aun a riesgo de que la historia virase hacia el thriller).

En todo caso, esta doble odisea de Labed y Borleteau les valió a cada una sendas nominaciones para los César y dos premios en el Festival de Locarno.


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