domingo, 12 de abril de 2015

Los conspiradores (1944)




Título original: The Conspirators
Director: Jean Negulesco
EE.UU., 1944, 101 minutos

Los conspiradores (1944) de Jean Negulesco


Vincent Van Der Lyn (Paul Henreid), un infatigable luchador por la libertad de Holanda durante la Segunda Guerra Mundial, se ve obligado a viajar a la neutral Lisboa para escapar de los nazis. Allí se une a un pequeño grupo de conspiradores que operan en la clandestinidad, cuyo líder, Ricardo Quintanilla, sabe que uno de ellos está espiando para los alemanes y necesitará de la pericia de Van Der Lyn para identificar al traidor.

Rodada dos años más tarde, Los conspiradores comparte numerosos elementos con la celebérrima Casablanca (1942), más allá de la simple historia de espionaje nazi. La película incluye la participación de actores como Paul Henreid, Sydney Greenstreet y Peter Lorre, todos ellos parte del elenco de Casablanca. En el apartado técnico, la película contó con la música de Max Steiner y la dirección de fotografía de Arthur Edeson, como ya hicieran ambos en Casablanca

"Siempre nos quedará Lisboa..."


Al igual que Casablanca, esta película fue producida por la Warner Bros. Y, lo que resulta más interesante de todo, Los Conspiradores tiene como protagonista femenina a Hedy Lamarr, para quien el papel de Ingrid Bergman en Casablanca había sido originalmente escrito antes de que lo rechazara y que había aparecido previamente en Argel (dirigida en 1938 por John Cromwell), modelo de inspiración para Casablanca. Y por si todo esto fuera poco, tanto Casablanca como Los Conspiradores fueron dirigidas por sendos cineastas nacidos en la Europa del Este: Michael Curtiz en Hungría y Jean Negulesco en Rumanía.

En cuanto al guion, también son muchas las similitudes: un local nocturno en el que se juega a la ruleta (en este caso en Estoril), una supuesta mujer fatal (que quizá no lo es tanto) se debate entre dos amores, una escena final memorable con despedida incluida... Todo ello pone de manifiesto cuál era el sistema de producción en los estudios cinematográficos americanos en una época en la que imperaba la "cadena de montaje": continuamente se reutilizaban los mismos ingredientes, porque cada semana se estrenaban un sinnúmero de filmes. Posteriormente, el tiempo y el glamour se encargarían de que se convirtiesen en míticas películas que, como Los conspiradores, en su momento solo fueron una de tantas.

Aunque los carteles promocionales aparezcan coloreados, la película fue filmada en blanco y negro

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