domingo, 12 de abril de 2015

La muerte del director del circo de pulgas (1973)




Título original: Der Tod des Flohzirkusdirektors
Director: Thomas Koerfer
Suiza, 1973, 111 minutos



Ottocaro Weiss junto al retrato de su "antepasado fundador" (en realidad, Bakunin)

En Mr. Arkadin (1955), Orson Welles mostraba a un estrambótico personaje (el Profesor Radzinski), un polaco que regentaba un circo de pulgas en Copenhague y que no dudaba en alimentar a sus pupilas con la sangre de su propio brazo... Curiosa ocupación y fervor por los sifonápteros que también está presente en La muerte del director del circo de pulgas (1973).

Basada en un texto de Bertold Brecht, la película lleva por subtítulo Ottocaro Weiss reforma su empresa. El suizo Thomas Koerfer debutaba en la dirección con esta críptica fábula sobre la "respetable" sociedad burguesa en la que el protagonista debe hacer frente a la pérdida de sus adiestrados insectos. Pero el show debe continuar y Ottocaro da entrada entonces en su compañía circense a una joven (Anja, interpretada por Janine Weill) y a un doctor en Economía (Stephan Moosbrugger, al que da vida el actor Norbert Schwientek). La representación que llevarán a cabo a partir de ese momento versará sobre la peste bubónica en la Edad Media, aunque Johannes Wagner (una especie de Gran Hermano que todo lo ve encarnado por Paul Gogel) acabará por acusar al propio Ottocaro Weiss de ser el responsable de propagar en la ciudad la epidemia de la que hablan en su montaje.

François Simon (quien previamente había protagonizado en 1969 Charles, vivo o muerto, una de las primeras películas del también suizo Alain Tanner) es, en este caso, el encargado de interpretar al estrafalario Ottocaro Weiss, quien suele presentar ante la concurrencia su peculiar espectáculo de pulgas amaestradas junto a un retrato del fundador de la entidad (en realidad, como adjuntamos más abajo, se trata de una célebre fotografía de Bakunin...)

En las más pura tradición brechtiana, al concluir el filme con un recurrente plano del jardín de una lujosa villa suiza, es al espectador a quien corresponde sacar sus propias conclusiones sobre lo que ha visto, aunque quizá Koerfer (miembro destacado de la nueva ola del cine helvético junto a Peter von Gunten, Willi Herman y el ya citado Tanner) optara más por una lectura anarquizante antes que por la ortodoxia marxista.


La procesión mortuoria se dispone a enterrar los cadáveres en cal viva

2 comentarios:

  1. Película maravillosa, justamente la vi a principios de los '70 y me encantaría volverla a ver

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    1. Desconozco si se ha llegado a editar en DVD. En todo caso, la puedes encontrar en internet en este enlace: https://vimeo.com/239445737

      Gracias por tu comentario y hasta pronto.

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