lunes, 20 de enero de 2020

La dolce vita (1960)




Director: Federico Fellini
Italia/Francia, 1960, 165 minutos

La dolce vita (1960) de Federico Fellini

El milagro económico lanza al pueblo italiano hacia el bienestar y la gente empieza a buscar los placeres efímeros mientras los medios de comunicación configuran una nueva sociedad emergente que crea nuevos sistemas de espectacularización. [...] En La dolce vita, Fellini captura el aire de ese tiempo y con él la decadencia de cierta civilización occidental reconvertida en la nueva Babilonia.

Àngel Quintana

Tenía que ser ésta y no otra la película comentada justo el día en que se cumplen cien años exactos del nacimiento de Federico Fellini. El filme cuyo título se acabaría convirtiendo en sinónimo de un estilo de vida; que, a partir del nombre de uno de sus personajes secundarios, sirvió para acuñar el término paparazzi; la imagen icónica de un hombre y una mujer, vestidos de gala, bañándose en la Fontana di Trevi.

Pero La dolce vita representa todavía muchas más cosas: un largo viaje hacia las profundidades de la noche romana y los seres que la habitan, culminado a orillas de una playa, ya al amanecer, con el hallazgo del cuerpo sin vida de un extraño monstruo marino; un relato alucinante cuya lógica interna es la de los sueños e, incluso, la de una pesadilla en la que conviven intelectuales parricidas, estrellas del papel cuché, fulanas de medio pelo, un Cristo volante, herederas con castillo y hasta el venerable padre del protagonista.



Cuatro saraos de alto copete ejercen de eje en torno a los cuales se estructura la trama, dotados, cada uno de ellos, de un marcado carácter autónomo dentro del conjunto cuyo nexo común será la presencia, como testigo de los acontecimientos, del periodista Marcello Rubini, interpretado por un Mastroianni que se ponía por vez primera a las órdenes de Fellini y que, en lo sucesivo, se iba a transfigurar en una especie de alter ego del propio cineasta en no pocos de sus filmes.

Sesenta años después, el mundo no sólo ha seguido punto por punto la senda vaticinada por esta obra maestra inconmensurable, sino que, además, su carácter profético se ha visto confirmado con creces por los acontecimientos de esta sociedad consumista y saturada de información que todo lo devora y todo lo trivializa. Las nubes de periodistas de antaño, los cenáculos de la aristocracia depravada y decadente han dado paso a la telerrealidad, las redes sociales y demás mandangas, es decir, la versión cutre y alienante de lo que un día fue glamurosa perversión.


6 comentarios:

  1. Que tal Juan!
    Ojala todos estos homenajes y mencionas sirvan para mantener viva su memoria y sus peliculas. Una cosa que me llamo la atención es que en Roma hay varias placas informativas donde comentan escenas y peliculas, y son unas cuantas... Esa es una de mis tendencias enfermizas cuando salgo de viaje, menos mal que en casa ya me conocen...jeje
    Por cierto, no recuerdo (los años, la memoria, yo que se...) donde vi esa foto de los fotografos a pie de escalerilla ampliada a un tamaño descomunal, era una gozada!
    Venga, saludos y a por el finde!

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    1. Que "La dolce vita" es una película de culto está totalmente fuera de duda. De ahí las placas que viste en Roma y las imágenes icónicas, entre ellas la que tú mencionas, a que ha dado lugar.

      Buen fin de semana,
      Juan

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  2. Uffff me agarraste justo escuchando a Nino Rota. Vaya casualidad!
    Es que hoy, con la amiga Alma estuvimos justo hablando de Fellini... y me quedó picando. No me puedo ir a dormir sin escuchar algo de su música

    https://laspasionesdealma.blogspot.com/2020/01/este-lunes-que-apenas-ha-pasado-el-20.html#comment-form

    Abrazo Juan!

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    1. ¡Qué bueno recibir noticias tuyas, Frodo! Me consta que eres un gran admirador de Fellini, por lo que no me extraña que estuvieseis hablando de él.

      Gracias por el enlace y hasta pronto.

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  3. Es mi película favorita de Fellini.

    Un abrazo.

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