Título original: 2010: The Year We Make Contact
Director: Peter Hyams
EE.UU., 1984, 116 minutos
2010: Odisea dos (1984) de Peter Hyams |
Cincuenta veces más brillante que la Luna llena, Lucifer había transformado los cielos de la Tierra, barriendo virtualmente las noches durante meses seguidos. Pese a sus siniestras connotaciones, el nombre era inevitable; y, por supuesto, "Conductor de luz" traía consigo tanto mal como bien. Sólo los siglos y los milenios mostrarían al fin en qué dirección se inclinaba la balanza...
Arthur C. Clarke
2010: Odisea dos
Traducción de Domingo Santos
Empezar el 2020 con 2010 vendría a ser lo más parecido a un desfase cinéfilo, un intento de recuperar los días de un futuro pasado aun a sabiendas de que la secuela no fue ni la sombra de su predecesora. Porque todo lo que tenía A Space Odyssey de trascendencia metafísica se desvaneció en The Year We Make Contact para dar paso a una burda parábola en favor de la concordia entre los dos bloques de la Guerra Fría.
Para empezar, las maquetas que Kubrick y su equipo de colaboradores lograban que pareciesen naves espaciales de verdad, avanzando sigilosas a través del cosmos, aquí son simplemente eso: maquetas. Ni rastro del saber hacer que convertiría a la primera entrega en un clásico, mientras que su segunda parte, pese a ser dieciséis años posterior, ha quedado, paradójicamente, del todo obsoleta.
Contiene, eso sí, algún que otro detalle gracioso, como el cameo de Arthur C. Clarke dando de comer a las palomas frente a la Casa Blanca o la portada de la revista Time en la que la efigie de los líderes estadounidense y soviético es representada, respectivamente, con la del autor de la novela y la del propio Stanley Kubrick.
Pero Peter Hyams no posee el mismo talento, de modo que esta Odisea dos, aun contando en su reparto con un Keir Dullea espectral y con HAL 9000 restaurado y redimido, apenas quedará como anécdota; a pesar de sus cinco nominaciones a los Óscar y de que Helen Mirren interprete a la comandante rusa Tanya Kirbuk (anagrama de Kubrick). Y es que para aquel entonces, 2001 ya contaba con una digna heredera que se había estrenado un par de años antes. Se tituló Blade Runner (1982), aunque ya hablaremos de ella en otra ocasión.
Hola Juan!
ResponderEliminar¿No crees que la existencia de 2001 le afecta en cierta manera? A veces pienso que las precuelas dificultan la vida a las secuelas, no se si me explico...
Aunque hace un monton de años que no he vuelto con ella me llama la atención ese detalle de Kirbuk, muy bueno!...
Saludos!
Claro que te explicas, Fran. Pero es que siendo tan redonda y contundente 2001, ¿qué necesidad había de rodar esta otra?
EliminarEn fin, me parece que entrar en ese debate tampoco conduce a nada. Y, aunque sólo sea como curiosidad, todo admirador de la primera entrega debería revisar alguna vez esta segunda.
Saludos,
Juan
Aunque la vi hace demasiado tiempo para valorla recuerdo que no me pareció muy mala, incluso entretenida.
ResponderEliminarSaludos.
Quizá yo he cometido la imprudencia de ver seguidas 2001 y 2010, lo cual hace difícil que ni ésta ni ninguna otra secuela, tipo Gravity, High Life o Ad Astra, aguanten la comparación.
EliminarSaludos.