sábado, 4 de enero de 2020

Easy Rider (Buscando mi destino) (1969)




Título original: Easy Rider
Director: Dennis Hopper
EE.UU., 1969, 95 minutos

Easy Rider (1969) de Dennis Hopper


El último plano de Easy Rider, una toma aérea que despega desde la motocicleta en llamas de Peter Fonda para ir mostrando, gradualmente, la orilla de un caudaloso río, remite a las imágenes capturadas a bordo de los helicópteros por los reporteros de guerra en Vietnam. Y a fe que, aunque indirectamente, el inútil sacrificio de la pareja protagonista a manos de una panda de palurdos de la América profunda conecta de pleno con lo que estaba sucediendo a miles de kilómetros de distancia en el país asiático. No deja de ser un paralelismo obvio que el espectador asume sin necesidad de mayores comentarios: "Lo que el Gobierno está haciendo allí con nuestra juventud es equiparable a lo que acaba de suceder ante nuestros ojos."

Con todas sus imperfecciones y gratuidades, Easy Rider supuso, sin embargo, el nacimiento de un nuevo cine americano que, a su vez, encarnaba lo que una nueva generación de espectadores, desafecta con la gramática del Hollywood clásico, quería ver en pantalla. De la misma manera que los franceses tuvieron una década antes su À bout de souffle (1960), esta cinta venía a suponer la revolucionaria piedra fundacional de quienes, como cantaban los Steppenwolf en el tema central de la banda sonora, habían nacido para ser salvajemente libres a lomos de una Harley-Davidson.



Filme icónico del espíritu hippie, plasmación en imágenes de lo que ya dijera Kerouac en On the road (1957), las andanzas de Wyatt y Billy recibieron el espaldarazo definitivo en Cannes, cuyo festival los premió con el galardón a la mejor película de un director novel. Honor tal vez excesivo, sí, pero que pone de manifiesto hasta qué punto la industria luchaba por reinventarse en un momento crítico en el que la televisión parecía haberle ganado definitivamente la partida al celuloide.

Ni en su discurso ni aún menos en su puesta en escena Easy Rider va más allá de los valores o mitos de la contracultura. Una filosofía que hoy se nos antoja ingenua y que se reduce a cuestionar lo establecido mientras se hace apología de las drogas y el amor libre. Lo cual, bien mirado, no es poco, si no fuera porque en breve se demostraría que del Sueño a la pesadilla apenas había un paso.


6 comentarios:

  1. Una película tan imperfecta como necesaria. Y no sería lo mismo sin la presencia magnética de Jack Nicholson.

    Un abrazo.

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    1. Cierto. La Filmoteca la ha programado en homenaje a Peter Fonda, recientemente desaparecido.

      Saludos

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  2. Hola Juan!
    Para mi es la pelicula de culto por excelencia. A pesar de algunas imperfecciones y del paso de los años me sigue pareciendo estupenda. Su banda sonora la he escuchado cientos de veces, por cierto, de todas sus canciones (ademas del mitico "born to be wild") hay una en especial muy curiosa, se trata de "Don't Bogart Me", la letra es muy buena, el significado de "bogart" viene a ser algo asi como "quedarse con algo, no compartirlo con el resto", en este caso la canción habla de que "no duermas ese porro, que rule..." Bueno, por lo que he leido el personal estaba bastante puesto durante el rodaje...
    Venga, saludos!

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    1. Vaya: y yo creí que lo de Bogart tenía algo que ver con el protagonista de Casablanca...

      Siempre interesantes tus comentarios, Fran. ¡Gracias!

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    2. Segun el "urban dictionary" si que tiene cierta relación: https://www.urbandictionary.com/define.php?term=bogart
      No es el "Collins" que digamos pero si recoge el "slang" de la calle.
      Saludos!

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    3. ¡Hombre, gracias! Este 'Bogie' sí que era un tipo duro. No me extraña que su nombre haya entrado a formar parte de la lengua común.

      Saludos

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