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domingo, 14 de enero de 2024

La novia (2015)




Directora: Paula Ortiz
España/Alemania, 2015, 99 minutos

La novia (2015) de Paula Ortiz


Yo no quería, ¡óyelo bien!; yo no quería, ¡óyelo bien!, yo no quería. ¡Tu hijo era mi fin y yo no lo he engañado, pero el brazo del otro me arrastró como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo, y me hubiera arrastrado siempre, siempre, siempre, aunque hubiera sido vieja y todos los hijos de tu hijo me hubiesen agarrado de los cabellos!

Federico García Lorca
Bodas de sangre (1933)

De un preciosismo por momentos insufrible, La novia (2015) abusa de una puesta en escena visual y estéticamente controvertida por lo que tiene de vehemencia extrema. Así pues, la sensualidad exacerbada de la que hacen gala sus personajes, unida a la inclusión de varios tópicos lorquianos tan manidos como innecesarios (caso de "Los cuatro muleros", "La Tarara" o el "Pequeño vals vienés"), alejan de su ideal lo que debía haber sido una libre adaptación de Bodas de sangre hasta situarla peligrosamente en la órbita de cualquier telenovela turca al uso.

No en vano, y por gratuito que parezca, algunas de las localizaciones se rodaron precisamente en la Capadocia, tal vez porque los coproductores alemanes de la película pretendieron darle así un aire más exótico. El caso es que, se mire por donde se mire, el resultado final dista bastante de poseer la verosimilitud que cabía esperar de una puesta al día del célebre drama rural estrenado en aquella lejana España de 1933.



Lo cual no impidió, sin embargo, que, en el momento de su recepción, hace de esto casi una década, la cinta optase a la friolera de doce premios Goya, aunque finalmente sólo se alzase con dos: el de Mejor Actriz Secundaria, para Luisa Gavasa por su meritorio papel de Madre, y otro galardón a la decolorada fotografía en formato Scope de Migue Amoedo.

Cabe, al menos, concederle, eso sí, la fidelidad del guion al texto original, si bien Paula Ortiz se permite, al margen de cambiarle el título, alguna que otra licencia. Por ejemplo, (alerta: spoiler) al sugerir que la mujer de Leonardo, en venganza por la traición de éste, comete infanticidio sobre el hijo recién nacido de ambos. Detalle que aumenta aún más, si cabe, la tragedia en un filme al que le sobra grandilocuencia y le falta autenticidad.



domingo, 9 de octubre de 2016

Grupo 7 (2012)













Director: Alberto Rodríguez
España, 2012, 88 minutos



Que el cine español podía crear películas de acción dentro del género policíaco, con persecuciones, tiroteos y un ritmo narrativo trepidante es algo que ya dejaron claro en los cincuenta y sesenta Rovira-Beleta, Pérez-Dolz e Isasi-Isasmendi. Sin embargo, el éxito reciente de La isla mínima (2014) y el estreno hace tres semanas de El hombre de las mil caras han convertido al sevillano Alberto Rodríguez en digno continuador y en el nombre de moda del panorama cinematográfico nacional.

Grupo 7 fue la película que, de alguna manera, sentó las bases de lo que iba a ser la posterior carrera de un director que cuenta ya con dos Goyas. En ella están presentes muchos de los elementos que después le harían triunfar, tales como la corrupción policial, el thriller político o el tráfico de drogas. Y semejante cóctel está puesto al servicio de un elenco de actores, encabezado por Antonio de la Torre (Rafael) y Mario Casas (Ángel), que integran una unidad especial de las fuerzas de seguridad del Estado encargada de limpiar de traficantes el centro de Sevilla en los años previos a la celebración de la Expo del 92. Sus métodos obedecen a una doble moral al filo de la ley, pero los excelentes resultados que cosecharán con su red de confidentes contribuyen a que sus superiores hagan la vista gorda.



Rafael es un hombre solitario y de pocas palabras que vive obsesionado por el recuerdo de su hermano Pablo: no queda claro si éste murió o si se marchó de casa a consecuencia de la droga, pero cuando recoja de la calle a Lucía (Lucía Guerrero) su recuerdo se hará más intenso. En todo caso, cada vez que detengan a delincuentes relacionados con el tráfico de estupefacientes Rafael los tratará con especial dureza. Algo que aprenderá de él el joven Ángel, sólo que en su caso la frustración procede de ver cómo el éxito profesional no va acompañado de la felicidad familiar junto a su esposa Elena (Inma Cuesta).

La acción arranca en 1987 y así, sucesivamente, irán apareciendo sobreimpresionados en pantalla los correspondientes años en los que se desarrollan los hechos, mientras de fondo vemos imágenes de archivo sobre las obras que transformaron la capital andaluza.