domingo, 5 de enero de 2020

Muchas gracias, Mr. Scrooge (1970)




Título original: Scrooge
Director: Ronald Neame
Reino Unido, 1970, 113 minutos

Muchas gracias, Mr. Scrooge (1970)
de Ronald Neame


Scrooge was better than his word. He did it all, and infinitely more; and to Tiny Tim, who did not die, he was a second father. He became as good a friend, as good a master, and as good a man, as the good old city knew, or any other good old city, town, or borough, in the good old world. Some people laughed to see the alteration in him, but he let them laugh, and little heeded them; for he was wise enough to know that nothing ever happened on this globe, for good, at which some people did not have their fill of laughter in the outset; and knowing that such as these would be blind anyway, he thought it quite as well that they should wrinkle up their eyes in grins, as have the malady in less attractive forms. His own heart laughed: and that was quite enough for him.

Charles Dickens
A Christmas Carol (1843)

El éxito cosechado por el musical Oliver! en 1968, con la obtención de cinco premios Óscar, explica que, dos años más tarde, se intentara repetir la jugada adaptando otro texto de Dickens, en este caso A Christmas Carol. De hecho, ambas películas se filmaron en los estudios Shepperton, llegándose a reutilizar, incluso, algunos decorados de la primera, lo cual añadía un motivo más para que las dos se parezcan tanto.

El papel de mísero prestamista recayó en Albert Finney, un actor que por aquel entonces apenas contaba treinta y tres años, pero con una trayectoria notable a sus espaldas (ya había protagonizado títulos hoy clásicos como Dos en la carretera o Tom Jones) y suficientemente dotado como para meterse en la piel de un anciano misántropo.



La historia de un hombre al que, la víspera de Navidad, se le aparece en sueños el fantasma de su difunto asociado Jacob Marley (magnífico, como siempre, Sir Alec Guinness) para mostrarle cuán mezquina es la vida que lleva. Un argumento archiconocido y de lo más eficiente para congraciarse con el espíritu navideño (y hasta con el género humano si hace falta) y del que, sin duda, Frank Capra ya había sacado previamente la inspiración para su inmortal ¡Qué bello es vivir! (1946).

Vestuario y efectos especiales más que aceptables (son célebres las escenas ambientadas en el infierno, con el pesaroso usurero encadenado) y una excelente banda sonora a cargo de Leslie Bricusse en la que sobresalen números como "I Hate People" o "Thank You Very Much" hicieron posible que Scrooge lograse cuatro nominaciones de la Academia y un Globo de Oro para su protagonista.


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