lunes, 7 de agosto de 2023

Vestida de novia (1967)




Directora: Ana Mariscal
España, 1967, 98 minutos

Vestida de novia (1967) de Ana Mariscal


Como si de un espectáculo de varietés se tratara, los números musicales de Vestida de novia (1967) van desfilando uno tras otro, a veces sin que vengan muy a cuento ni tengan excesiva relación con la trama. Lo cual tampoco tiene nada de extraño si se considera que se trata de una fórmula que su directora, la hoy reivindicada Ana Mariscal (1923-1995), puso en práctica en diversas ocasiones. Tal fue el caso, por ejemplo, de Los duendes de Andalucía (1966) e, incluso antes, de Feria en Sevilla (1962), donde el protagonismo ya había recaído sobre un afeminado Pedrito Rico que representaba en sí mismo toda una provocación para la censura franquista.

A este respecto, el colorido estridente de la cinta que nos ocupa (con dirección de fotografía de Valentín Javier y decorados de Augusto Lega) pone de manifiesto el gusto de la realizadora por un tipo de puesta en escena que anticipa en muchos años la estética habitual de tantísimos filmes de Almodóvar. Basta echar un vistazo a los títulos de crédito iniciales, escritos a mano sobre cartulinas de distintas tonalidades, para reconocer un estilo visual que el manchego convertiría varias décadas después en inconfundible marca de fábrica.

Massiel interpretando el tema "Di que no"


Y qué decir de la heteróclita mezcolanza de artistas que aquí se dan cita. Porque, aparte del ya mencionado Pedrito Rico (quien interpreta a la típica promesa que intenta abrirse camino en el mundo de la canción), también actúan Massiel (antes de su victoria eurovisiva) y el conjunto yeyé Los Flecos: curiosa miscelánea, un poco pillada por los pelos si se quiere, pero que permite adentrarse en un terreno más melodramático, sobre todo a través de la relación entre la cantante y el apuesto Carlos (Juan Luis Galiardo), compositor y atormentado prometido de la misma.

En definitiva, y a pesar de que el planteamiento —una empresaria cazatalentos, la propia Ana Mariscal, empeñada en que su protegido Juan de los Reyes (Rico) triunfe en América— pudiera considerarse un calco de su anterior colaboración cinematográfica, la susodicha Feria en Sevilla (1962), lo cierto es que la película no deja de tener un particular encanto como producto kitsch al servicio de una estrella moderadamente transgresora, capaz de entonar "Tatuaje" y otros éxitos de León, Quintero y Quiroga dándoles un inequívoco aire gay.



2 comentarios:

  1. ¿No crees que tiene algo de precursora, al menos de adelantada, a pesar del lastre que arrastra?

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