viernes, 13 de diciembre de 2019

Con uñas y dientes (1977)




Director: Paulino Viota
España, 1977-1979, 94 minutos

Con uñas y dientes (1977) de Paulino Viota

El empresario no hace un favor a nadie cuando da trabajo. Lo hace porque necesita echar a andar su fábrica. Es importante que nos demos cuenta de eso. [...] Los obreros damos valor a la fábrica. El dueño depende por completo de nosotros. [...] Materiales y herramientas nos son imprescindibles; el capital nos es imprescindible; pero el capitalista no hace falta para nada...

El visionado de Con uñas y dientes aportará a los espectadores del siglo XXI no pocas claves respecto a lo que supuso la lucha sindical durante los cruciales días de la Transición política en España. De entrada, porque sus diálogos se hallan repletos de la jerga del momento (mesa de negociaciones, patrón, caja de resistencia, aumento salarial...), amén de la omnipresente huelga y el modo de organización asambleario. 



Adolece, aun así, del inevitable peaje que todo filme español rodado en aquel entonces debió pagar al consabido destape si quería llegar a sectores amplios del público, y aun algunos dirán que la escena de la violación peca de tremendista. No obstante, también esos detalles, en apariencia más prosaicos, permiten conocer a fondo la particular idiosincrasia de una sociedad que se hallaba inmersa en un período decisivo de su historia.

No puede negársele, sin embargo, la valentía de llamar a las cosas por su nombre, mostrando abiertamente no sólo la corrupción empresarial, sino incluso prácticas terroristas (matones, sicarios...) por parte de quienes, en principio, deberían garantizar los derechos de sus propios trabajadores. Y es que pocas veces la lucha obrera fue tan intensa ni el contexto sociopolítico tan convulso. En ese sentido, supone un gran acierto que Paulino Viota eligiese a Alfredo Mayo, actor fetiche de un determinado cine franquista, para interpretar el papel de don Rodolfo Ortiz, puesto que al convertir al protagonista de Raza (1942), y trasunto de Franco, en el responsable de un desfalco capaz de arruinar a miles de asalariados, se subraya la idea de que en la recién estrenada democracia muy pocas cosas habían cambiado respecto a la dictadura.



"Los mismos perros con distintos collares...", dice Marcos (Santiago Ramos) al principio de la película. Y Aurora (Alicia Sánchez), que es profesora de Historia Contemporánea en un instituto de secundaria, replica: "¡Qué casualidad! Eso mismo decía yo esta mañana en clase." Con lo que el guionista Javier Vega recalca que las carencias democráticas de nuestro país vienen de muy antiguo, remontándose, por lo menos, a la época de la Restauración. Aurora lo tiene muy claro al explicárselo a sus alumnos: "La monarquía, en esos años, necesitaba sobre todo organizarse. El sistema parlamentario le permitía dar una impresión de legalidad intachable." Y lo afirma con un retrato de Juan Carlos colgando sobre la pizarra junto a un crucifijo... Queda claro, pues, que quienes hicieron Con uñas y dientes no albergaban demasiadas esperanzas en el nuevo régimen, aunque la pregunta, cuarenta años después de su estreno tardío, es: ¿iban muy desencaminados en su diagnóstico? Y, sobre todo, ¿en qué medida han cambiado las cosas desde entonces?


2 comentarios:

  1. Hola Juan!
    Es este un tema que me ha provocado mas de una ligera y en ocasiones agitada conversación. Hace años estuve muy metido en asuntos sindicales, anduve en mas de un "fregao" y de regalo me lleve alguna sanción administrativa de la delegación del gobierno. Siento rabia y tristeza a partes iguales ante el absoluto individualismo y de cierta mansedumbre de la clase trabajadora. Hablo con cierto conocimiento de causa, desde el funcinamiento interno de un sindicato hasta la labor que los delegados llevan a cabo en las empresas. Es evidente que si al personal se la trae al pairo y asumen con resignación las plagas divinas poco o nada puede hacer el delegado en cuestión. Lo dejo aqui que me caliento y me conozco...jeje
    Anoto el titulo pues me interesa, interesante ver como eramos hace apenas unas decadas. Por cierto, el poster de la pelicula me recuerda mucho al de "Entre tinieblas" de Pedro Almodovar.
    Siento haberte soltado el sermon inicial...
    Saludos!

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  2. Muchas gracias por tu testimonio, Fran, que sin duda enriquece lo arriba expuesto.

    Por cierto que, aunque la calidad de la copia no es demasiado buena, he añadido un enlace de YouTube para que puedas ver la película.

    Y respecto al cartel, ¡cómo no se va a parecer al de "Entre tinieblas" si ambos son obra del genial e irrepetible Iván Zulueta! Tienes buen ojo, compañero.

    Un abrazo fraternal,
    Juan

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