jueves, 26 de diciembre de 2019

En sus manos (2010)




Título original: Contre toi
Directora: Lola Doillon
Francia, 2010, 77 minutos

En sus manos (2010) de Lola Doillon


Lo hemos visto montones de veces: un hombre secuestra a una mujer (los motivos pueden obedecer a mil y una variables) y, acto seguido, la encierra en una habitación para convertirse en su fiel guardián. A partir de aquí, o bien la víctima desarrolla algún tipo de síndrome de Estocolmo o bien el celador se excede en su vertiente más sádica. Tirando hacia atrás en el tiempo, uno de los primeros y más notables ejemplos al respecto lo encontramos en El coleccionista (1965) de William Wyler, si bien podrían citarse muchos otros filmes con similar y cruel planteamiento.

El cine español también ha frecuentado en no pocas ocasiones tan bárbaro subgénero, siendo los títulos más memorables Palabras encadenadas (2003) de Laura Mañá o ¡Átame! (1989) de Almodóvar. O incluso, ya rizando el rizo, Tamaño natural (1974) de García Berlanga, que vendría a ser la versión fetichista a propósito del mismo tema.



La francesa Contre toi (2010) —que aquí se estrenó, con dos años de retraso, bajo el título de En sus manos— sugería un acto de venganza minuciosamente planificado por un joven contra la doctora responsable de haber cometido una negligencia médica que le costó la vida a su esposa parturienta. A tal efecto, y aprovechando que Anna (Kristin Scott Thomas) se encuentra de vacaciones, Yann (Pio Marmaï) la retiene por la fuerza en una casa a las afueras donde apenas le proporciona alimento para su subsistencia. Sin embargo, y a fuerza de compartir muchos momentos de cautiverio y confidencias (él es viudo, ella divorciada), se acabará generando una apasionada atracción entre ambos. ¿Amor o dependencia?

A pesar de caer en los tópicos habituales, la cineasta francesa Lola Doillon (Charenton-le-Pont, Val-de-Marne, 1975: hija y esposa, respectivamente, de los también cineastas Jacques Doillon y Cédric Klapisch) ponía encima de la mesa, aunque fuese de forma tangencial, varios temas espinosos, como la relación entre doctores y pacientes o el estrés al que los primeros están expuestos a consecuencia de la enorme responsabilidad que tienen entre manos. Sin duda una problemática muchísimo más relevante que no el convencional (y previsible) thriller en el que se acaba convirtiendo la película.


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