miércoles, 11 de septiembre de 2024

Belfast (2021)




Director: Kenneth Branagh
Reino Unido, 2021, 98 minutos

Belfast (2021) de Kenneth Branagh


Quizá por estar inspirado en sus recuerdos de infancia, Belfast (2021) constituye uno de los trabajos más personales de la filmografía de Kenneth Branagh. Rodada en impecable blanco y negro, el valor simbólico de dicha decisión contrasta con el colorido de las películas y obras de teatro mediante las que el protagonista se evade de una realidad gris para refugiarse en el esplendor de un mundo de fantasía. De hecho, es a través de los ojos del pequeño Buddy (Jude Hill) que se descubren las incongruencias de una sociedad regida por férreos condicionamientos religiosos en función de si uno es católico o protestante.

Precisamente porque el punto de vista predominante es infantil, la cámara se sitúa a menudo en ángulo contrapicado con tal de reproducir la perspectiva del niño que descubre su entorno sin acabar de comprenderlo por completo. En todo caso, y dado que el ambiente familiar no siempre se presta a ello, con el padre (Jamie Dornan) trabajando en Inglaterra y la madre (Caitríona Balfe) continuamente inquieta ante los peligros que acechan a su prole, es en casa de los abuelos donde el chaval hallará la armonía que necesita.



Drama familiar intenso, aunque adornado con ciertos ribetes de comedia, lo cierto es que el enfoque en su conjunto se acaba decantando hacia la visión nostálgica de una familia de clase trabajadora fuertemente arraigada en el barrio en el que vive. Lo cual, dicho sea de paso, hace que la posibilidad de que se marchen a Canadá o Australia en busca de un futuro mejor represente para ellos una vivencia traumática en toda regla.

Aún así, se podría criticar, entre otras muchas cosas, que Branagh incurra en el tópico de servirse de la música de Van Morrison para ambientar los hechos o que su guion, premiado con un Óscar, carezca de la profundidad necesaria a la hora de abordar un conflicto de tamaña envergadura como los enfrentamientos políticos y religiosos que asolaron la capital de Irlanda del Norte a finales de los sesenta. No obstante, también es cierto que esto es sólo una película de ficción cuyas motivaciones, más humanas que documentales, quedan resumidas en la dedicatoria final: "Para los que se quedaron, para los que se fueron y para todos los que se perdieron".



6 comentarios:

  1. Sin duda, el Sr. Branagh sabrá de sobra por qué enfoca así unos asuntos que le tocan tan de cerca.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya te lo digo yo: porque sabe que para llegar al gran público no debe profundizar demasiado en según qué temas.

      Eliminar
  2. Branagh apuesta por el enfoque autobiográfico, lo cual excluye un análisis más objetivo del conflicto en Irlanda del Norte. Tampoco vamos a discutírselo; y el film tiene un par de escenas magníficas y excelentes actuaciones.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, aunque también es verdad que, aparte de esos momentos puntuales que señalas, el resto de la película peca bastante de convencional.

      Un abrazo.

      Eliminar
  3. No es la película que más me ha gustado de Branagh (prefiero un par de adaptaciones de Shakespeare, su fuerte), pero está muy cuidada desde el aspecto técnico y bien interpretada; y se ve muy sentida la realización.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues estamos un poco en las mismas, Fernando: a mí tampoco es un realizador que me convenza especialmente, ni siquiera en su faceta shakespeariana, en la que parece que aspire a emular a Lawrence Olivier sin que, en mi opinión, lo logre del todo.

      Saludos.

      Eliminar