viernes, 5 de enero de 2024

Bodas de sangre (1938)




Director: Edmundo Guibourg
Argentina, 1938, 88 minutos

Bodas de sangre (1938) de Edmundo Guibourg


Cien años que yo viviera, no hablaría de otra cosa. Primero tu padre, que me olía a clavel y lo disfruté tres años escasos. Luego, tu hermano. ¿Y es justo y puede ser que una cosa pequeña como una pistola o una navaja pueda acabar con un hombre, que es un toro? No callaría nunca. Pasan los meses y la desesperación me pica en los ojos y hasta en las puntas del pelo.

Federico García Lorca
Bodas de sangre (1933)

Habían transcurrido apenas dos años tras la aciaga muerte de Federico cuando su actriz predilecta, una Margarita Xirgu a la que la Guerra Civil sorprendiera de gira por Hispanoamérica, protagonizó esta adaptación cinematográfica de Bodas de sangre (1938) que se rodó en los recién inaugurados Estudios E. F. A. de Buenos Aires con un reparto de intérpretes esencialmente españoles entre los que destacaban una jovencísima Amelia de la Torre, en el papel de Novia, Pedro López Lagar, como Leonardo, y Enrique Diosdado (Novio).

Se encargó de la dirección el periodista y crítico teatral argentino Edmundo Guibourg (1893-1986), en la que supuso la única incursión de éste en dichos menesteres, lo cual no impidió que su película recibiera el aplauso unánime de crítica y público. De hecho, Guibourg opta por una puesta en escena más visual que literaria en la que se permite algunas licencias, como, por ejemplo, la inclusión del célebre Romance sonámbulo ("Verde que te quiero verde"), musicado, al igual que el resto de la banda sonora, por el maestro Juan José Castro.



En ese mismo orden de cosas, tampoco aparecen en el filme los leñadores ni la Luna mortuoria que Lorca introducía justo antes del fatídico desenlace, aunque sí que interviene, con idéntico valor simbólico, la anciana Mendiga, con lo que queda meridianamente clara la pericia de Guibourg a la hora de anteponer a la propia fidelidad textual lo que vendría a ser un espíritu poético más acorde con el universo lorquiano.

Tiene, por último, esta producción el valor documental de constatar cómo el incipiente exilio republicano rendía homenaje a uno de sus mártires desde la lejana Argentina en un momento en el que aquí aún no había terminado la contienda. De ahí la trascendencia que adquieren las palabras de la Madre (Xirgu) cuando, al saberse que la Novia se ha fugado con Leonardo, dice aquello tan premonitorio (Lorca lo había escrito en 1933) de: "Dos bandos. Aquí hay ya dos bandos […] Ha llegado otra vez la hora de la sangre. Dos bandos. Tú con el tuyo y yo con el mío. ¡Atrás! ¡Atrás!".



4 comentarios:

  1. Xirgu aún en vida de Federico y, después, Nuria Espert, fueron las grandes intérpretes de las obras del autor granadino.

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    1. Desde luego: nadie ha sabido como ellas llegar al fondo de esos personajes femeninos tan dramáticamente intensos.

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  2. Hola Juan!
    Me pregunto si este tipo de películas permanecen a buen cuidado en algún archivo. Como bien destacas es innegable su valor documental. Gracias por traerla.
    Saludos!

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    1. Pues imagino que sí deben de estar preservadas en algún lugar, porque de lo contrario no habrían llegado hasta nosotros. Es así de crudo: son muchas las películas que se han perdido para siempre y que jamás podremos ver.

      Saludos.

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