Director: Pedro Almodóvar
España, 1987, 102 minutos
La ley del deseo (1987) de Almodóvar |
En el momento en el que Pedro Almodóvar rueda La ley del deseo (1987) el director manchego acumula ya una experiencia lo suficientemente amplia como para ofrecer su primera gran obra maestra: un filme maduro, melodrama romántico y apasionado con toques de thriller policíaco, en el que al fin, tras no pocas tentativas, fructifican varios años de arduo aprendizaje cinematográfico. No en vano, su productora, a partir del éxito de esta película, se llamará El Deseo.
El triángulo amoroso que aquí se plantea comienza como un juego y acaba en tragedia. A este respecto, Pablo Quintero (Eusebio Poncela) vendría a ser el alter ego del cineasta: una celebridad caprichosa y promiscua que se deja querer por sus seguidores, quienes pasan por su vida y por su cama con la rapidez propia de aquellos años ochenta, la década del desenfreno. Quizá por ello, la puesta en escena abunda en primerísimos planos y un uso del montaje que denota esa concepción eminentemente visual de buena parte de la obra almodovariana.
Igualmente heteróclita resulta la banda sonora, mezcolanza de temas de lo más diverso en la que conviven fragmentos de Stravinsky y Shostakovich (Sinfonía nº 10) con canciones de Los Panchos o la versión de la brasileña Maysa del "Ne me quitte pas". De hecho, la utilización que se hace de cada melodía va en consonancia con el carácter de alguno de los personajes. Así pues, Antonio (Banderas) se identifica con la letra del bolero "Lo dudo", mientras que a Juan (Miki Molina) le va más el lamento afrancesado a lo Jacques Brel.
Fiel a su predilección por el pastiche kitsch (no hay más que ver el altar abigarrado de fetiches, a cuál más estrambótico, que el protagonista tiene en su apartamento), Almodóvar escribe una historia cuyo argumento discurre por los cauces habituales de su filmografía: amour fou, celos, drogas, sexo... y un Madrid nocturno en plena canícula que pasará a la historia del celuloide gracias a la célebre escena en la que Carmen Maura se hace regar por un empleado municipal.
Aquí están prácticamente todas las constantes del cine de Almodóvar.
ResponderEliminarCierto: hasta se hace alusión a "La voix humaine" de Cocteau, recientemente llevada a la pantalla por el manchego.
EliminarMi película favorita de Almodóvar, divertida pero trágica, graciosa pero romántica, abigarrada pero intensa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estoy de acuerdo contigo en todo menos en lo de "favorita". A mí me gusta más "¡Átame!"
EliminarUn abrazo.
Que tal Juan!
ResponderEliminarTengo muy buenos recuerdos de esta película y del estreno. Lo sucedido en la sala se queda en la sala que diría un futbolero...
Confieso que he tenido que buscar en RAE lo de "heteróclito"...jeje
Saludos!
Me imagino que debió de levantar ampollas entre algunos sectores.
EliminarSaludos.