Título original: Au bout des doigts
Director: Ludovic Bernard
Francia/Bélgica, 2018, 105 minutos
La clase de piano (2018) de Ludovic Bernard |
Las películas sobre pianos y pianistas constituyen, en sí mismas, un subgénero especialmente prolífico en el ámbito del cine contemporáneo. Así, y aparte del célebre filme homónimo que la neozelandesa Jane Campion dirigiera en 1993, nos vienen a la memoria títulos tan aclamados como la oscarizada cinta de Polanski (2003) o la reciente Green Book (2018) de Peter Farrelly.
Tendencia que, en el caso del cine francés, parece agudizarse aún más si cabe, dando lugar a dramas turbadoramente inquietantes como La pianista (2001) de Haneke, La última nota (La tourneuse de pages, 2006) de Denis Dercourt o De latir mi corazón se ha parado (De battre mon coeur s'est arrêté, 2005) de Jacques Audiard. Nada que ver con un producto de las características de Au bout des doigts (literalmente, "En la punta de los dedos"), que se acaba de estrenar en nuestra cartelera con el poco original título de La clase de piano.
Y es que la previsible historia del joven Mathieu Malinski (Jules Benchetrit), ladronzuelo de los suburbios parisinos capaz, a su vez, de interpretar magistralmente la Rapsodia húngara nº 2 de Liszt, adolece de una total falta de credibilidad. Porque bajo su aparente discurso anclado en la cultura del esfuerzo, el guion esconde, en realidad, una insípida fábula concebida para satisfacer al mismo perfil de espectador que habitualmente se dejaría seducir por los talent show del formato televisivo.
Todo resulta sorprendentemente fácil, por lo tanto, en aras de conseguir dicho objetivo: desde que un profesor del conservatorio (Lambert Wilson) se fije en un muchacho que toca el piano en el metro hasta ganar un reputado concurso interpretando el Concierto nº 2 de Rajmáninov. Elementos que, por desgracia, tienen mucho que ver con la imperante obsesión por el éxito y poco (o nada) con el buen cine.
Que tal Juan!
ResponderEliminarAlgo tienen que me resultan apasionantes. Ha sido mi asignatura pendiente, me hubiera encantado poder tocar este instrumento. Me pasa un poco como con los trenes en el cine, su presencia me provoca interes.
Me la anoto, saludos!
El piano es un instrumento de enorme atractivo, eso es cierto. Aunque a mí esta película, en concreto, no me ha terminado de convencer.
EliminarVenga, Fran: saludos y hasta otra.