Título original: El perdut
Director: Christophe Farnarier
España/Francia, 2016, 93 minutos
El perdido (2016) de Christophe Farnarier |
En L'enfant sauvage, François Truffaut planteaba el caso real de un niño criado en plena naturaleza y que era rescatado para devolverlo a la civilización. En su última película, el francés afincado en Catalunya Christophe Farnarier ha optado por recorrer el camino inverso: contar la historia de un adulto (síntesis de un desequilibrado que hizo algo similar en Jaén y de un filósofo americano del siglo XIX) que decide abandonar la sociedad para adentrarse en las inhóspitas montañas del Pirineo.
No llegamos a saber el porqué de su decisión. De hecho, ni una sola palabra se pronuncia a lo largo de los más de noventa minutos que dura El perdut (2016). En todo caso, lo vemos intentar suicidarse con su propio rifle en las primeras escenas para, acto seguido, apostar por la supervivencia. Primero de forma rudimentaria, casi animal, buscando bayas y raíces, para acabar convertido, al cabo de un año, en una especie de Robinson Crusoe en tierra firme. Las estaciones se suceden, y el hombre irá quemando etapas. Las mismas que, a escala evolutiva, hubo de superar la especie humana en su conjunto: cazador, recolector, agricultor, constructor...
Puestos a analizar lo que vemos en pantalla, es realmente un acierto el que no se aporten detalles sobre quién es el perdido ni de qué huye, ya que ello multiplica las posibles lecturas. Tanto es así que hasta cabría la posibilidad de que se tratase del único superviviente de algún tipo de cataclismo planetario que lo hubiese convertido en el último hombre sobre la faz de la tierra. Porque son varias las casas que visita y todas están deshabitadas. En ese sentido, hay momentos muy puntuales en los que El perdido podría recordar a filmes apocalípticos como Le temps du loup de Haneke.
Aunque es bastante probable que las intenciones de Farnarier no vayan por ahí. Sobre todo a juzgar por lo que nos ha dicho a quienes hemos tenido ocasión de charlar con él esta tarde noche en los cines Boliche de la Diagonal. Él y su protagonista: un Adri Miserachs que ha dejado bien claro desde el principio que no es actor profesional sino simplemente un padre de familia, y vecino del cineasta, que accedió a participar en esta aventura sin saber del todo dónde se metía.
Christophe Farnarier |
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