jueves, 8 de diciembre de 2016

Bajo el sol de Satán (1987)




Título original: Sous le soleil de Satan
Director: Maurice Pialat
Francia, 1987, 97 minutos

Bajo el sol de Satán (1987)


En Camille Claudel 1915 (2013), el director Bruno Dumont llevaba a cabo una minimalista recreación de la atormentada vida de dicha escultora. Encerrada en un sanatorio por su hermano (el escritor Paul Claudel), daba la sensación de que el loco era más él que no ella. Pero a la vista de lo que veintiséis años antes había hecho ya Maurice Pialat en Sous le soleil de Satan queda claro que la adaptación llevada a cabo por este último debió ser fuente de inspiración para la posterior puesta en escena de Dumont.

Partiendo de la novela homónima de Georges Bernanos, el realizador francés se apartaba un tanto de su universo habitual para adentrarse en el truculento mundo del fanatismo religioso. Un ambiente provinciano presidido por austeras habitaciones con aguamanil, cama de hierro, crucifijo en la pared y cilicio en el pecho. Donissan, el personaje interpretado por Gérard Depardieu, responde al perfil de joven sacerdote abrumado por sus dudas y que lucha en vano contra las tentaciones de todo tipo que le acechan.

El abad Menou-Segrais, en cuya piel se mete el propio Pialat, actúa de contrapunto sensato que no logrará, sin embargo, encauzar los delirios místicos del infortunado párroco rural. Es más: entre la población local se extenderá rápidamente la reputación de santo varón de Donissan, hecho que acabará propiciando que acudan a él en busca de remedios milagrosos (con resurrecciones incluidas).

En cuanto a la díscola Mouchette (Sandrine Bonnaire), ni siquiera el beato Donissan la podrá apartar de la senda del pecado.



Contra todo pronóstico, el filme de Pialat se haría con la Palma de oro en Cannes. Algo que motivó los silbidos de parte de la prensa y a lo que el director respondió con similar contundencia: « Je ne vais pas faillir à ma réputation : je suis surtout content ce soir pour tous les cris et les sifflets que vous m'adressez. Et si vous ne m'aimez pas, je peux vous dire que je ne vous aime pas non plus. »

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