viernes, 21 de agosto de 2015

Me enveneno de azules (1969)




Director: Francisco Regueiro
España, 1969, 87 minutos

Me enveneno de azules (1969) de Francisco Regueiro


En su libro A la pintura (1948), Rafael Alberti incluía el poema "Azul", en cuyo verso número 14 el poeta declaraba: "Me enveneno de azules Tintoretto". Dicho verso serviría, años más tarde, a Juan Cesarabea y a Francisco Regueiro, a la sazón guionistas del filme, para dar título a Me enveneno de azules (1969), el cuarto largometraje que firmaba Regueiro.

En líneas generales, se puede decir que estéticamente la película no dista mucho de otras propuestas europeas de aquel entonces, como por ejemplo Domingo, maldito domingo (John Schlesinger, 1971) o que, en menor medida, intenta recrear una atmósfera que lo emparente con el cine francés de la Nouvelle Vague.

Peca, sin embargo, de una excesiva complacencia en la música de Beethoven y Bach con la que se envuelven no pocas escenas, así como del uso indiscriminado del trávelin, cámara en mano, rodeando a los actores mientras deambulan por escenarios madrileños ultramodernos (para la época, se entiende).



Con todo, sabe sacar partido a la presencia del ídolo de masas Junior, quien encarna al desencantado Miguel: tras pasar dos años en París, donde ha vivido el Mayo del 68 (ojo al lema "L'imagination au pouvoir" que se puede leer fugazmente, garabateado en una de sus botas), tiene que enfrentarse ahora a la mortificante figura del padre (Antonio Casas), a punto de casarse con la que fuera novia de su propio hijo, una Charo López de conmovedora belleza que recuerda en sus rasgos a Ava Gardner.

Entre las curiosidades, merece la pena destacar el uso que se hace como hilo conductor en determinados momentos de las imágenes televisivas en las que Jesús Hermida relata la llegada del hombre a la luna, sin duda una forma de subrayar esa modernidad alienante a la que aludíamos más arriba. O también, en otro orden de cosas, la presencia de Jaime Chávarri como ayudante de dirección con cameo incluido interpretándose a sí mismo.

Y si el verso de Alberti inspiró a Francisco Regueiro, el título de la cinta sirvió, a su vez, para bautizar a un dúo de rock independiente formado por dos hermanos de Yecla (Murcia): Jesús y Jose García, que comenzaron a firmar sus canciones bajo este peculiar nombre a finales de 1998.


Charo López interpreta a Marta en Me enveneno de azules (1969)

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