lunes, 7 de diciembre de 2015

La religiosa (2013)




Título original: La religieuse
Director: Guillaume Nicloux
Francia/Alemania/Bélgica, 2013, 112 minutos

La religiosa (2013) de Guillaume Nicloux


Si uno se para a pensarlo, no son pocas las películas que se han centrado en el mundo de las novicias, como por ejemplo las tres versiones de La hermana San Sulpicio (Florián Rey, 1927 y 1934; Luis Lucía, 1952), Historia de una monja (Fred Zinnemann, 1959) o Visión - La historia de Hildegard Von Bingen (Margarethe von Trotta, 2009). Por no mencionar Sor Citroen (Pedro Lazaga, 1967) y productos similares del periodo franquista.

En el caso del cine francés se podrían citar unas cuantas más: Thérèse (Alain Cavalier, 1986), Soeur Sourire (Stijn Coninx, 2009) o La religiosa (Jacques Rivette, 1966). De esta última nos llega ahora (con cierto retraso, todo hay que decirlo) una nueva versión, firmada por Guillaume Nicloux, director de El secuestro de Michel Houellebecq (2014).

Se trata de una adaptación de la novela homónima de Denis Diderot en la que la actriz Pauline Étienne da vida (como ya hiciera Anna Karina antes que ella) a la joven Suzanne Simonin, víctima de severos castigos e incluso del acoso de sus superioras en la Francia de mediados del siglo XVIII. Falta de una verdadera vocación, Suzanne se verá arrastrada por la voluntad familiar e ingresará en el convento. Una vez dentro sabrá de su condición de hija ilegítima, lo cual la convierte, hasta cierto punto, en la víctima expiatoria de los pecados de su madre. A pesar de lo cual, contará con el amparo de la benévola Madame de Moni (Françoise Lebrun). Pero la anciana muere tras ser atacada por la hermana Bénédicte en uno de sus raptos de locura y Christine, la nueva superiora (Louise Bourgoin), impondrá las más crueles vejaciones a la novicia como castigo por no acatar sus obligaciones monásticas.



Tras lograr contactar con un abogado, Suzanne conseguirá que la trasladen. Pero va a topar con una superiora (al fin Isabelle Huppert: hay que esperar hora y cuarto hasta que aparece en pantalla) que, si bien al principio parece ser toda comprensión y cariño, digamos que tiene tendencia a excederse a la hora de mostrar su afecto por la joven...

Isabelle Huppert (centro)

En resumidas cuentas, más que como alegato anticlerical, La religiosa de Nicloux se nos aparece como defensa de la libertad individual frente al dogma intransigente, mostrando el triunfo de la voluntad de su protagonista pese a los muchos condicionamientos de clase que le toca padecer.

El equipo de La religiosa en la Berlinale

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