Director: Carlos Saura
España, 1986, 100 minutos
Un largo y lento plano secuencia nos conduce al interior del estudio, engalanado con un majestuoso decorado de Gerardo Vera, en el que tendrá lugar la acción de la película. Parece como si su director quisiera remarcar que lo que nos disponemos a ver no es más que una ficción intemporal.
En todo caso, Carlos Saura ya había inaugurado su ciclo flamenco para el productor Emiliano Piedra con Bodas de sangre (1981) y Carmen (1983), así que la versión que proponía de El amor brujo no hacía sino ahondar en los mismos postulados allí expuestos. Y de nuevo en colaboración con Cristina Hoyos (Candela) y Antonio Gades (Carmelo), siendo este último el nexo de unión con los filmes de Rovira Beleta que él mismo había protagonizado en los sesenta.
Ahora serán Carmelo, Candela y José (Juan Antonio Jiménez) los que se enzarcen en una terna cuasi onírica de la que Saura sabe servirse con maestría para elaborar una composición del encuadre de abrumadora belleza. No hay más que ver el número de la "Danza ritual del fuego", en la voz de Rocío Jurado, para darse cuenta de que la fuerza de las imágenes está a la altura de la partitura de Manuel de Falla.
Claro que, puestos a buscar alguna pega, la actuación de las Azúcar Moreno tal vez no haya soportado igual de bien el paso del tiempo...
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