martes, 22 de junio de 2021

Fin de curso (2005)




Director: Miguel Martí
España/Portugal, 2005, 90 minutos

Fin de curso (2005) de Miguel Martí


Jaime (Jordi Vilches) es el típico adolescente larguirucho y patoso que pasa desapercibido entre sus compañeros de clase, razón por la que éstos lo apodan "El hombre invisible". El hecho de que su padre regente una empresa de pompas fúnebres y lo acompañe al instituto a bordo del coche mortuorio tampoco ayuda mucho. Sin embargo, se acerca el final de curso y los alumnos deben decidir cuál será el destino de su viaje de estudios. Los pijos, liderados por Borja (Pau Roca) y Marta (Aida Folch) se decantan por París, mientras que el grupito chungo de Kaos (Álvaro Monje) y Noa (Yohana Cobo) preferiría ir a Benidorm...

Tras haber ensayado una historia de enredo, al más puro estilo americano y protagonizada por veinteañeros, en Slam (2003), Miguel Martí situaba el argumento de su siguiente largometraje en las aulas del Liceo español de Lisboa: centro educativo cuyo claustro de profesores acoge a docentes en apariencia tan serios como el temible João (Heitor Lourenço) y donde los estudiantes, más interesados por las drogas, el sexo y el alcohol que no por aprender, se agrupan en torno a dos bandos antagónicos entre los que Jaime irá oscilando como un péndulo.



Decididamente, no estamos ante la mejor película de la historia. Ni siquiera pasaría por una buena comedia adolescente. En todo caso, baste decir que reúne los tópicos habituales respecto a la idea de hasta qué punto son importantes las relaciones interpersonales cuando uno está buscando su lugar en el mundo. O, como afirma el protagonista en un momento dado, "si no te gusta el cómic que te tocó vivir, ponte a dibujar otro".

Lo demás es puro gamberreo: bromas de mal gusto y otras vulgaridades que, lejos de lo que pudiera pensarse, no son exclusivas de nuestra cinematografía, sino que tienen su parangón en cintas como, por ejemplo, la francesa Les beaux gosses (Riad Sattouf, 2009). No faltan, eso sí, guiños cinéfilos como la carrera de coches nocturna, que remite directamente al imaginario de American Graffiti (George Lucas, 1973), demostrando que, a pesar de tanta chabacanería y onanismo reiterativo, existe por parte del director una voluntad explícita de rendir homenaje a los clásicos del género. A fin de cuentas, aquí no hay mayor ambición que hacernos pasar un buen rato.



8 comentarios:

  1. La verdad es que no tenía ni idea de esta película.

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    1. Pasó bastante desapercibido en su momento, tal vez porque, además de ser malilla, se estrenó un 15 de julio.

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  2. Sí, me imagino que esa película no es ninguna maravilla...
    Jordi Vilches me gustó en "Platillos volantes" de óscar Aibar, aquella película sobre el caso real de los suicidas de Terrassa. Por cierto que ese apeadero tiene un largo historial de suicidios.
    Saludos!
    Borgo.

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    1. Sí, la conozco. Tuve ocasión de comentarla hace tres años: https://cinefiliasantmiquel.blogspot.com/2018/11/platillos-volantes-2003.html

      Saludos.

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  3. ¡Vaya, una versión española de las comedias gamberras americanas tipo American Pie!

    Un abrazo.

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    1. Cierto. De hecho, la mayoría de comentarios que se pueden leer en internet la comparan con esa película.

      Un abrazo.

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  4. Hola Juan!
    ¿Crees que este tipo de películas soporta peor el paso del tiempo?
    Saludos!

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    1. Supongo que en cierta manera así es, puesto que ponen el foco sobre lo que está de moda entre los jóvenes del momento. No hay más que ver los teléfonos móviles que usan los protagonistas de "Fin de curso" para darse cuenta de ello.

      Saludos.

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