lunes, 20 de julio de 2020

Rostro al mar (1951)




Director: Carlos Serrano de Osma
España, 1951, 83 minutos

Rostro al mar (1951) de Carlos Serrano de Osma


ALBERTO: Estuvimos todos al borde de lo imposible, de lo irremediable. 
ISABEL: Pero ahora vuelve la vida. 
ALBERTO: Vuelve el amor, la paz...

Aunque el encargado de dirigir la película sería Carlos Serrano de Osma, Rostro al mar (1951) fue un proyecto muy vinculado al actor y productor catalán Antonio Bofarull (1895–1973). De ahí que la cinta posea un innegable toque local, presente en detalles como los exteriores filmados en Cadaqués, la participación en una escena del Esbart dançaire de Figueres, el utilizar la melodía de la canción tradicional "EL rossinyol" como leitmotiv de la banda sonora o el hecho de que la medalla que Isabel (Eulalia Montero) le entrega a su marido contenga la efigie de La Moreneta.

Sin embargo, lo más remarcable del filme radica en su argumento (coescrito, entre otros, por el futuro realizador Julio Coll, quien figura en los títulos de crédito iniciales bajo el seudónimo de J. Huiman). Y es que atreverse en aquellos años a contar la historia de un exiliado republicano representaba poco menos que una osadía, si bien Alberto Santisteban (interpretado por el italiano Carlo Tamberlani) tendrá tiempo de arrepentirse de sus "pecados" de juventud.

Alberto (Carlo Tamberlani)


Arranca la acción con imágenes de archivo de la contienda y un matrimonio que llega, en enero de 1939, a la frontera francesa. Isabel (Eulalia Montero) está a punto de dar a luz. En plena noche, avanzando a duras penas con el ruido de fondo de los bombardeos, el automóvil que conduce Alberto llega a una casa cuyas puertas están cerradas. Lo cual no es óbice para que el hombre las fuerce de un disparo y se cuele en el interior. Tan desesperante es la situación que, habiendo instalado a su esposa en una cama (y sin ni siquiera pararse a hablar con los moradores), el hombre sale corriendo en busca de un médico. Pero todo es en vano, porque lo único que hallará en el lugar son ruinas y explosiones. No obstante, al regresar se lleva una grata sorpresa: doña Marta (Camino Garrigó) lo ha dispuesto todo para que, mientras él estaba fuera, su mujer alumbre a una hermosa niña que, en agradecimiento, llevará el nombre de Martita.

Aun así, los nacionales están al caer y, ante el temor de represalias, Alberto decide marcharse él solo a Marsella, dejando a Isabel y a su hija a cargo de doña Marta. Los avatares que allí le esperan no son pocos: unos camaradas del Partido que más parecen mafiosos traicioneros que comunistas, varios años de internamiento en un campo de trabajos forzados dirigido por inflexibles estajanovistas (de los campos de exterminio nazi no se dice ni media palabra...) y, por último, en una pirueta del destino, un capitán de barco (Antonio Bofarull), casualmente hijo de doña Marta, dispuesto a ayudar al antiguo republicano y a ejercer, pese a algunas reticencias iniciales, de padrino de Isabel y la niña...

Isabel (Eulalia Montero) y Manuel (Antonio Bofarull)

2 comentarios:

  1. Hola Juan!
    Pues me has despertado una gran curiosidad. La buscare, gracias por la reseña.
    Saludos!

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    Respuestas
    1. Pues no es precisamente una película fácil de encontrar... Yo, si fuese tú, aprovecharía para verla en la web de RTVE (sección "Historia de nuestro cine"), adonde estará colgada, gratuitamente, hasta mañana viernes.

      Saludos.

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