miércoles, 17 de julio de 2019

Los hijos de la farándula (1939)




Título original: Babes in Arms
Director: Busby Berkeley
EE.UU., 1939, 94 minutos

Los hijos de la farándula (1939)
de Busby Berkeley


Constato con estupor que son muchos los "cinéfilos" de nueva hornada (de ésos que luego alardean de saberlo todo) que no han oído hablar jamás de Busby Berkeley (1895–1976). Lo cual es tan extraño como preocupante, considerando que se trata de uno de los grandes genios de la época dorada de Hollywood, creador de coreografías inolvidables —para La calle 42 (1933), por ejemplo— que, en épocas mucho más recientes, han inspirado a cineastas de la talla de los hermanos Coen: la escena de El gran Lebowski (1998) en la que El Notas (Jeff Bridges) sueña que desfila por entre las piernas de una hilera interminable de chicas es un claro homenaje al estilo que, en su día, acuñara este director y coreógrafo.

Estrenada apenas unos meses después de El Mago de Oz, uno de los títulos míticos de la historia del cine, Babes in Arms no sólo fue producida por el mismo ejecutivo de la Metro (Arthur Freed), sino que contaba también con dos actrices que ya habían coincidido en el reparto de dicha película: Judy Garland (que aquí forma pareja con el histriónico Mickey Rooney) y Margaret Hamilton (la severa Miss Gulch y Bruja Mala del Oeste, de nuevo en un papel calcado de estricta institutriz).

Bajo el betún que embadurna sus rostros se encuentran
Mickey Rooney y Judy Garland


Los verdaderos cinéfilos (y no los que desconocen a Busby Berkeley...) disfrutarán al descubrir que Babes in Arms contiene el célebre número musical "Good Morning", recuperado años más tarde por otro clásico, Cantando bajo la lluvia (1952): de hecho, la mayoría de canciones que integraban el filme de Stanley Donen, incluido el celebérrimo tema que le da título, eran viejos éxitos que el buen hacer de Gene Kelly contribuyó a inmortalizar definitivamente.

Y en lo que al contenido de Babes in Arms se refiere (rebautizada en España con el impagable Los hijos de la farándula) son tres subtramas las que en ella se dan cita: por una parte, la decadencia de los viejos artistas de vodevil, que ven cómo el cine sonoro les arrebata el favor del público; en segundo lugar, la irrupción de jóvenes valores, deseosos de renovar el repertorio de sus padres mediante innovaciones escénicas que atraigan de nuevo a los espectadores y, por último, una cierta dosis de propaganda patriótica, bastante premonitoria, por cierto, de lo que iba a suponer el auge del fascismo en Europa.

Los susodichos, ahora sin betún y compartiendo una Coca-Cola

2 comentarios:

  1. I això que abans de l'actual filmoteca en algun moment s'havien recuperat títols de Berkeley en algun cinema convencional. Mai acabes de saber ben bé què sap o no sap la gent.

    Fa ja alguns anys recordo que fins i tot Puyal, en un d'aquells concursos dels primers anys de TV3 va fer cara de pòker quan un participant, de l'edat dels meus pares, li va dir que la seva actriu preferida havia estat Myrna Loy.

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    1. La qüestió, Júlia, no és tant què sap o deixa de saber la gent (cosa que respecto), sinó que, de vegades, em resulta graciós "enxampar" en fals a algun millennial setciències...

      Myrna Loy, per cert, era una gran actriu: sempre la recordaré pel seu paperàs a "Los mejores años de nuestra vida" (1946).

      Gràcies pel teu comentari i fins aviat.

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