martes, 30 de julio de 2019

Entendiendo a Ingmar Bergman (2018)




Título original: Auf der Suche nach Ingmar Bergman
Directores: Margarethe von Trotta, Bettina Böhler y Felix Moeller
Alemania/Francia, 2018, 99 minutos

Entendiendo a Ingmar Bergman (2018)
de Margarethe von Trotta


Hace justamente un año, por estas mismas fechas, andábamos enfrascados en revisar y comentar la práctica totalidad de la filmografía de un cineasta único, piedra angular de buena parte del cine de autor que se ha hecho en el mundo en las últimas seis décadas. Y es precisamente con un año de retraso que llega a nuestra cartelera el personal análisis que otra directora de renombre, la alemana Margarethe von Trotta, hace de la figura de Bergman. Ya se sabe cómo van estas cosas de la distribución: aunque el centenario del sueco tuvo lugar en 2018, se prefirió posponer el estreno de este documental para que no coincidiese con otro de similares características —Bergman. Su gran año, de Jane Magnusson— que ya tuvimos ocasión de presentar aquí.

A diferencia de aquella cinta, más expositiva en su enfoque, el planteamiento de von Trotta se centra en aspectos íntimos que permitan llegar al fondo de la personalidad del homenajeado, hasta el punto de que Daniel, el hijo cineasta de Bergman, confiesa que nunca llamó a sus padres papá o mamá, sino que simplemente se dirigía a ellos por sus respectivos nombres de pila. Carácter complejo y contradictorio el de un hombre que amaba más a sus actores que a su propia familia y cuyos traumas infantiles, patentes en su obra fílmica, le acompañarían a lo largo de toda la vida.

Liv Ullmann (izquierda) dialoga con Margarethe von Trotta


Pero además de entrevistarse con quienes lo conocieron de cerca (las actrices Liv Ullmann, Gunnel Lindblom, Julia Dufvenius...; su script durante más de treinta años, Katinka Faragó; hijos, nietos...) o sencillamente con algunos colegas que admiran su obra (los directores Olivier Assayas, Mia Hansen-Løve, Carlos Saura, Jean-Claude Carrière...), von Trotta disecciona minuciosamente momentos clave de la filmografía bergmaniana. Como la escena inicial de El séptimo sello (1957), las secuencias oníricas de Fresas salvajes (1957) y Persona (1966) o esa pequeña joya, aún por descubrir para mucha gente, que realizó coincidiendo con su exilio alemán: De la vida de las marionetas (1980).

Y entre tanta sesuda indagación, es uno de sus nietos, el también realizador Halfdan Ullmann Tøndel, quien protagoniza el que quizá resulta el momento más desmitificador de Entendiendo a Ingmar Bergman cuando confiesa que, en la sala privada de proyecciones que tenía su abuelo en su residencia en la isla de Fårö, les pasaba una y otra vez las escenas de acción de Pearl Harbor (2001) que, al parecer, le entusiasmaban enormemente. Curiosa anécdota, en claro contraste con la profundidad intelectualoide que se le presupone a sus películas, y que nos muestra la vertiente más humana del personaje.


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