sábado, 28 de octubre de 2023

La rebelión de los muñecos (1958)




Título original: Attack of the Puppet People
Director: Bert I. Gordon
EE.UU., 1958, 79 minutos

La rebelión de los muñecos (1958)


Tras el éxito obtenido por El increíble hombre menguante (1957), fueron varias las secuelas que explotaron el tirón comercial de una fórmula tan sencilla como vistosa. En ese sentido, Attack of the Puppet People (1958) representa la quintaesencia de un tipo de cine en el que lo efectista supera con creces la credibilidad o verosimilitud de su argumento. Poco importa, pues, que los actores se vean ridículos rodeados de objetos inusualmente gigantescos, ya se trate de teléfonos o maletas, puesto que las convenciones del género así lo requerían y el público de finales de los cincuenta aún más. 

Aunque si se analizan en profundidad las fuentes de las que bebe semejante drama liliputiense, producido y dirigido por el centenario Bert I. Gordon (1922-2023), tampoco sería descabellado reconocer el influjo de Metrópolis (1927) en la forma en que el pérfido propietario de la fábrica de muñecas tumba a sus víctimas sobre la mesa de operaciones antes de reducirlas a meras figuras decorativas. Referencia un tanto lejana, cierto, pero que conectaría de pleno con el origen presumiblemente germánico tanto del susodicho Franz (John Hoyt) como de su amigo el titiritero Emil (Michael Mark), en lo que bien pudiera tratarse de una alusión al hipotético pasado nazi de ambos, ahora infiltrados en una próspera sociedad norteamericana que, sin embargo, se muestra recelosa ante el avance imparable de la ciencia.



Quizá la energía atómica, omnipresente en el contexto de la Guerra Fría a consecuencia del eco aún reciente de los estragos por ella provocados en el desenlace de la contienda mundial, alimentara el terror que suscitaba la posibilidad de verse reducidos a simples peleles o, en el otro extremo, a sufrir el envite de alguna ciclópea criatura como el titán de El asombroso hombre creciente (The Amazing Colossal Man, 1957) también dirigida por Bert I. Gordon y de la que aquí se incluía un breve fragmento aprovechando que Bob (John Agar) y Sally (June Kenney) acuden a un autocine.

En definitiva, la escalofriante galería de muñecos vivientes que atesora Mr. Franz en el interior de Dolls Incorporated (en su mayoría secretarias y demás empleados de la empresa) tendrá ocasión de tomarse la revancha contra el insidioso aprendiz de jíbaro no sin antes superar los numerosos obstáculos, ya sea escalando muebles o ascendiendo puertas, que les deparan los "vastos" dominios del laboratorio en el que se hallan presos.



8 comentarios:

  1. Me gusta esa premisa. Lo clase B es de mi agrado.

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  2. Películas muy curiosas y alguna de ellas, como es el caso, que se prestan a interpretaciones de todo tipo.

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    1. Aunque lo habitual era tomárselas al pie de la letra, como mero pasatiempo.

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  3. Parece una serie B entrañable. Desconocía estas secuelas de la magnífica "El increíble hombre menguante".

    Un abrazo.

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    1. "Entrañable" es la palabra exacta para definir un tipo de cine que, como la televisiva "Dimensión desconocida", hoy se ve muy obsoleto.

      Un abrazo.

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  4. Hola Juan!
    Otra de esas joyitas que nos descubres y que sin falta me veré esta noche. Gracias por traerla Juan.
    Saludos!

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    1. Espero que te guste. Desde luego, encanto no le falta.

      Saludos.

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