domingo, 8 de octubre de 2023

El puerco (1970)




Título original: Le cochon
Directores: Jean Eustache y Jean-Michel Barjol
Francia, 1970, 50 minutos

El puerco (1970) de Eustache y Barjol


Puede que no todo el mundo tenga el suficiente estómago como para afrontar sin inmutarse las imágenes explícitas de la matanza del cerdo, tradición ancestral con ribetes de ceremonia iniciática que tanto Jean Eustache como Jean-Michel Barjol supieron captar en su plena esencia a la hora de rodar el mediometraje Le cochon (1970). Aunque hablar de puesta en escena pudiera parecer exagerado cuando son los propios vecinos de una comuna de las Cevenas, en el Macizo Central, quienes se encargan de llevar a cabo todas y cada una de las tareas que implica el minucioso sacrificio.

Tal y como capta la cámara el descuartizamiento y posterior transformación de la carne, hasta elaborar embutidos con sus propias tripas, se deja constancia en tiempo (casi) real de lo que representa un documento etnográfico en toda regla y de primer orden. Así pues, los postulados del cinéma vérité dan como resultado una pieza de singular belleza que permite, en cierto modo, volver la vista atrás (hoy incluso en mayor medida que hace medio siglo) hacia prácticas que la aséptica sociedad de consumo, con su estricta legislación en materia alimentaria, se empeñó hace tiempo en condenar a la desaparición.

Poco importa, por tanto, que los lugareños realicen su trabajo con un cigarro pendiendo continuamente de los labios o que manoseen hasta la saciedad las entrañas del animal antes de convertirlas en paté: es el espíritu comunitario lo que prima por encima de cualquier otra consideración y de ahí que, una vez finalizada la ardua tarea de desmembrar su cuerpo, se cante y se beba en familia para celebrar lo que no deja de ser una fiesta propiciatoria.



6 comentarios:

  1. Una de tantas tradiciones perdidas.

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    1. El cine, sin embargo, ha dejado constancia de ellas. Recuerdo que en Las ratas (1997), de Antonio Giménez Rico, también se incluía una escena de matanza.

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  2. Yo he tenido ocasión, y casi obligación, de verla en directo dos veces y es un recuerdo que me horroriza. Solo te diré que no he vuelto a comer cerdo. Abrazos.

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    1. En todo caso, de lo que nos habla Eustache es de otra cosa bien distinta: del espíritu identitario que une a los miembros de una pequeña comunidad rural, de un mundo primitivo, sí, pero auténtico y, por desgracia, abocado a la desaparición.

      Saludos.

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  3. Recuerdo varias secuencias de matanzas o de mataderos en unas cuantas películas, documentales o no. Son muy expresivas y suelen tener que ver con la trama a la que acompañan. Hace poco he visto una de esas escenas (nada agradables) en una película filipina de la que hablo en el blog.
    Saludos!

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    1. A mí, sin embargo, no me parecen tan desagradables, sino que me traen recuerdos de mi más tierna infancia, aparte de que retratan una realidad incómoda, pero al mismo tiempo interesantísima.

      Saludos.

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