martes, 12 de septiembre de 2023

Las dos caras de la justicia (2023)




Título original: Je verrai toujours vos visages
Directora: Jeanne Herry
Francia, 2023, 118 minutos

Las dos caras de la justicia (2023) de Jeanne Herry


Independientemente de lo ventajosa que pueda resultar la justicia restaurativa (término con el que se designa el proceso para compensar a las víctimas y así involucrar a los propios delincuentes haciéndolos responsables de sus acciones en la resolución de conflictos), al espectador medianamente crítico le asalta de inmediato la sensación de que Je verrai toujours vos visages (2023) ha sido concebida con la finalidad de dorarle una píldora que quizá no le apetece tragarse. Dicho lo cual, vaya por delante el máximo respeto hacia un filme que, tendencioso o no, contiene momentos de extraordinaria intensidad dramática.

No en vano, el reparto lo integran intérpretes de la altura de Leïla Bekhti (Nawelle) o Gilles Lellouche (Grégoire), ambos magníficos en sus respectivos monólogos. Y es que la propuesta de la realizadora Jeanne Herry (París, 1978, hija de la también actriz Miou-Miou) conlleva que los personajes se desnuden ante la cámara, verbalizando (y, por tanto, haciendo aflorar) heridas que soportan desde que padecieron o cometieron algún delito que ahora tienen la oportunidad de redimir. Aunque, al mismo tiempo, tanto los voluntarios como los profesionales que supervisan estos careos protagonizan, en paralelo, escenas de distensión, repletas de risas y complicidad, durante sus ratos de ocio.



Función catártica, pues, de una terapia cuyos participantes, colocados simbólicamente en círculo y pasándose el testigo antes de intervenir, pertenecen a diferentes edades, sexo, raza o clase social, como si se quisiera remarcar con ello la diversidad (es decir, la enorme riqueza) de una sociedad, la Francia del siglo XXI, a la que a menudo se recrimina su falta de cohesión.

En definitiva, se trata de una película que aboga por el valor terapéutico del diálogo, si bien no todos los damnificados, como en el complejo caso de Chloé (Adèle Exarchopoulos), llegan a superar los traumas que les aquejan. Sea como fuere, los hay que optan por el perdón a la hora de liberarse de la pesada mochila que arrastran a consecuencia de algún atraco con violencia o incluso de alguna agresión sexual. Vivencias que, de todos modos, han dejado una huella indeleble en cada uno de ellos, como se desprende del título original de la película, que en francés vendría a ser algo así como "Veré siempre vuestras caras".



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