domingo, 13 de febrero de 2022

Historia de una traición (1971)




Director: José Antonio Nieves Conde
España/Italia, 1971, 90 minutos

Historia de una traición (1971) de J.A. Nieves Conde


Como tantos otros cineastas de su generación, el segoviano José Antonio Nieves Conde siguió una trayectoria que, a grandes rasgos, podría resumirse en los siguientes términos: dramas con apuntes sociales en los primeros cincuenta, seguidos de producciones de corte policial, para, ya a finales de los sesenta, llevar a cabo incursiones en el cine de género (terror, histórico, ciencia ficción...) y, por último, terminar firmando coproducciones de ligero contenido erótico cuando el paulatino deshielo de la censura, a principios de la década de los setenta, así lo permitió. Entretanto, no faltaron en su filmografía títulos de exaltación religiosa, tipo Balarrasa (1951), y alguna que otra adaptación literaria.

En el caso de Historia de una traición (1971), por más que la película hubiese sido escrita, entre otros, por Juan José Alonso Millán y Juan Miguel Lamet, se aprecia enseguida que ésta no es más que un vehículo para el lucimiento de las esculturales Marisa Mell (1939–1992) y Sylva Koscina (1933–1994): austríaca la una, croata la otra, fallecidas ambas prematuramente y verdaderos sex symbol en una época en la que la sola presencia en el reparto de alguna belleza centroeuropea aseguraba el éxito comercial de la cinta.



Puestos a suscitar la consabida dosis de morbosidad, los guionistas optaron por la vía fácil de convertir a los personajes principales en prostitutas de lujo, ellas, y playboy o adinerado hombre de negocios en lo que se refiere a los papeles masculinos. Arturo (Stephen Boyd), dada su faceta de pintor, tira más por la vía artística, mientras que el acaudalado Luis Mendizábal (Fernando Rey), requiere los servicios de la bella Carla (Marisa Mell) para uno de sus viajes a Portugal.

Poco más se puede añadir a propósito de una trama en la que continuamente se engañan los unos a los otros y cuyo único aliciente (según los parámetros de aquel entonces, por supuesto) reside en la voluptuosidad de algunas escenas en las que se ve un pecho o se insinúa una más que probable conexión lésbica entre las dos protagonistas.



4 comentarios:

  1. El camino fácil de la época en que la censura aflojaba ataduras.

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    1. Imagino que, en aquel contexto, debía de tener algo de transgresor.

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  2. Hola Juan!
    Desde luego que en aquellos años la inclusión de ciertos ingredientes aseguraba una buena taquilla. Andaba el personal al quite...
    Saludos!

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