Director: Álex de la Iglesia
España/Italia, 2004, 105 minutos
Crimen ferpecto (2004) de Álex de la Iglesia |
Con el habitual ritmo trepidante que suele imprimir a sus películas, Álex de la Iglesia situaba la acción de Crimen Ferpecto (sic) en unos grandes almacenes que bautizó con el ridículo nombre de Yeyo's: templo del consumismo desaforado y campo de batalla en el que el presuntuoso Rafael (Guillermo Toledo) y el veterano don Antonio (Luis Varela) libran una lucha encarnizada por hacerse con el codiciado puesto de jefe de planta.
A priori podría parecer una de tantas comedias, negra y alocada, en la línea de anteriores títulos del director vasco. Sin embargo, la coincidencia en el tiempo con otros filmes que abordaban la competitividad en el ámbito laboral —como El método (2005) de Marcelo Piñeyro, a partir de la obra teatral de Jordi Galceran— podría hacer pensar en un trasfondo social que va más allá de lo estrictamente cinematográfico. A fin de cuentas, la crisis se avecinaba y ese afán de los personajes por triunfar a cualquier precio denota el pánico de todo un país a la precariedad inexorable.
Aunque no sólo de trepas y de zancadillas nos habla una película cuya base argumental reside en el culto a la belleza. Porque la tragedia de la pobre Lourdes (Mónica Cervera) deriva de ser una mujer poco agraciada físicamente: la típica dependienta en la que nadie repara, y mucho menos el triunfador Rafael, tan preciado de sí mismo. Y es que en el fondo, Crimen ferpecto podría perfectamente subtitularse La rebelión de las feas. O, por lo menos, de Lourdes: testigo accidental de un homicidio y, por ende, dispuesta a reivindicarse aun valiéndose de un burdo chantaje.
¿De dónde procede la agresividad de Álex de la Iglesia? Buena pregunta, a la que únicamente él podría responder. En cualquier caso, y a falta de mejor ocasión para interrogarle al respecto, pueden aventurarse diversas hipótesis. En primer lugar, de sus referentes, desde la crueldad soterrada de Hitchcock hasta la violencia exacerbada de Tarantino. Pero hay también, a qué negarlo, una fuerte dosis de mala leche ibérica, que el cineasta traslada a sus diálogos, feroces, incisivos: "Eres fea, Lourdes: ¡muy fea! Tú no tienes la culpa, ¡pero yo tampoco! Es este mundo en el que vivimos el que me hace odiarte: la gente, las revistas, la televisión..." Prejuicios, en boca de Rafael, que no hacen sino corroborar su verdadera naturaleza de perdedor, subrayada por el triunfo final de la moda payaso. Ya se lo había augurado don Antonio: "¡Tú no eres más que un puto empleado de mierda, como todos los demás!"
Una buena comedia negra, de lo mejor de su director.
ResponderEliminarEntretenida lo es un rato: lo que en francés se llama un "tour de force".
EliminarSaludos.
Una comedia negrísima. Casi deprimente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y no por negra menos realista.
EliminarSaludos.
Hola Juan!
ResponderEliminarSolo la he visto una vez y creo recordar que pase un buen rato, vamos, que mas o menos viene a cumplir las expectativas.
Saludos!
Sí. De hecho, lo de "pasar un buen rato" o "cumplir las expectativas" sería una buena definición para la mayoría de películas de Álex de la Iglesia.
EliminarSaludos.
Me decepcionó cuando la vi, esperaba más porque recordaba "La comunidad" y "El día de la bestia", que me encantaron. No siempre se puede estar al mismo nivel.
ResponderEliminarSaludos.
Supongo que al regirse por unos parámetros bastante similares en casi todas sus películas, al final es fácil que el espectador asiduo se sienta un tanto defraudado.
EliminarSaludos.
Es bastante entretenida, no pierde fuelle hacia el final como las últimas películas de de la Iglesia. Es curioso, vi casi al mismo tiempo "El método" y su adaptación al cine me decepcionó, no conserva el ambiente claustrofóbico de la novela de Galceran.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Respecto a lo que comentas sobre "El método", la diferencia esencial entre la obra de teatro (que es una comedia) y su versión fílmica (que es un drama) estriba en el hecho de que en la película no hay prácticamente sentido del humor.
EliminarGracias por tu comentario y bienvenido al club, Miquel.