sábado, 16 de noviembre de 2019

Madre (2019)




Director: Rodrigo Sorogoyen
España/Francia, 2019, 128 minutos

Madre (2019) de Rodrigo Sorogoyen


Tras el éxito cosechado por El reino, el director Rodrigo Sorogoyen contraataca con la versión mejorada y ampliada del que fuera su propio cortometraje (candidato al Óscar, por más señas) y que ahora nos llega convertido en deslumbrante drama intimista hablado en francés y español. Por determinados elementos de su trama, Madre podría recordar vagamente a La propera pell (2016) de Isa Campo e Isaki Lacuesta. De hecho, ambas películas sitúan la acción en similares espacios geográficos (aquélla en la montaña, ésta a orillas del mar) y, lo que es más importante, las dos hacen referencia a la desaparición de un menor (y hasta aquí podemos leer).

En el plano técnico, llama especialmente la atención cómo la cámara sigue a los personajes. Sin llegar a la elaboración del húngaro Miklós Jancsó o a los complejos plano secuencia de, por ejemplo, un Berlanga, eso es cierto. Pero, sin embargo, hay en Madre momentos de singular puesta en escena. Como la obertura, en el apartamento de Elena (Marta Nieto, premiada en Venecia por su papel), cuando, simultáneamente, asistimos a dos conversaciones telefónicas paralelas, con la madre y la hija yendo y viniendo desde el fondo de la habitación hasta situarse en primera línea, ante el objetivo, según convenga.



Con todo y con eso, quienes tengan en mente el ritmo raudo de El reino se van a encontrar ahora con un registro radicalmente distinto, marcado por lo que no se verbaliza más que por lo que vemos en pantalla. A este respecto, hay que destacar el trabajo de contención llevado a cabo con los actores, así como el hecho de que determinados puntos clave de la historia queden aparentemente abiertos (o, como mínimo, a criterio del espectador).

No obstante, el análisis atento de los acontecimientos demuestra que las motivaciones de Elena, "la loca de la playa", para actuar como lo hace obedecen a razones mucho menos arbitrarias de lo que a primera vista pudiera parecer. En ese sentido, resulta de especial importancia la última secuencia, una simple llamada de teléfono que demuestra que la protagonista, tras la experiencia vivida junto al adolescente Jean (Jules Porier), ha superado al fin su duelo y que, por tanto, puede ya perdonar a quien, bien mirado, fue tan culpable o tan inocente como ella misma.


2 comentarios:

  1. Hola Juan!
    Disculpa que ando un poco despistado. No llegue a ver su corto "Madre" (2017), entiendo por lo que comentas que aquella historia pedia a gritos un largometraje, no?
    Saludos!

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    1. No sé si a gritos, Fran, pero es lógico, dado el éxito alcanzado, que Sorogoyen tirase por ahí. Sin embargo, el corto (que es el inicio del largometraje) arranca como un thriller, mientras que lo que ocurre diez años después está narrado con mucho más sosiego.

      Saludos,
      Juan

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