lunes, 31 de agosto de 2015

Mi casa en París (2014)




Título original: My Old Lady
Director: Israel Horovitz 
EE.UU./Reino Unido/Francia, 2014, 107 minutos

Mi casa en París (2014) de Israel Horovitz


Segunda incursión en la dirección del actor y dramaturgo norteamericano Israel Horovitz (1939), basada en su propia obra de teatro. Como acostumbra a pasar con los cineastas americanos que se dejan deslumbrar por la ciudad de las luces, en Mi casa en París también hay paseos a orillas del Sena, planos de Notre-Dame y de la torre Eiffel y exquisito vino francés a raudales. Era inevitable: como buenos mitómanos, no pueden sustraerse a la debilidad de mostrar los tópicos habituales.

En las películas que, como esta, tratan sobre rencillas familiares, secretos del pasado que afloran inesperadamente y disputas por hacerse con alguna herencia (en este caso, la mansión que habita Madame Girard [la veterana actriz británica Maggie Smith] junto a su hija Chloé [Kristin Scott Thomas] en régimen de alquiler viager, es decir, de por vida) es del todo necesario que los actores se impliquen emocionalmente a fin de transmitir el máximo de credibilidad posible. Pues bien: en lo que se refiere al conflicto planteado en Mi casa en París hay que admitir que los actores lo resuelven notablemente, en especial un muy convincente Kevin Kline en su papel del neoyorquino arruinado Mathias Gold. 

Otro cantar es el desenlace del film: sin duda se le podía haber sacado muchísimo más partido a la historia y a la tensión que se acumula a lo largo de ella, haciéndose evidente una total falta de valentía por parte de los guionistas en aras de conseguir a toda costa un final feliz.

En fin, ¿qué se le va a hacer? Habrá que conformarse con lo que tiene de bueno una película que a priori puede parecer más bien una peliculilla (y, sin duda, que no lo es en absoluto) y obviar algunos de sus posibles defectos.

Ajustando cuentas con el padre

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