martes, 25 de agosto de 2015

Los ladrones somos gente honrada (1956)




Director: Pedro Luis Ramírez
España, 1956, 89 minutos



El particular sentido del humor de Enrique Jardiel Poncela (1901-1952) queda patente en la mayoría de títulos de sus piezas teatrales y novelas: Un adulterio decente, Cuatro corazones con freno y marcha atrás, Carlo Monte en Monte Carlo, Un marido de ida y vuelta, Eloísa está debajo de un almendro, El amor sólo dura 2.000 metros, Tú y yo somos tres, Madre (el drama padre), Amor se escribe sin hache, Espérame en Siberia, vida mía, Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?, La tournée de DiosComo mejor están las rubias es con patatas o Los ladrones somos gente honrada.

De esta última ya se había realizado una adaptación cinematográfica en 1942 dirigida por Iquino, a la que vino a sumarse la de Pedro L. Ramírez en 1956 (dos años después del fallecimiento de Jardiel). A diferencia de lo que sucede en la pieza teatral original, cuya acción se centra primordialmente en la mansión de don Felipe, en esta versión los guionistas Vicente Escrivá y Vicente Coello hacen arrancar la trama en pleno Rastro madrileño, donde El Tío del Gabán (Pepe Isbert) utiliza como reclamo a la tortuga africana cazada en las selvas del Orinoco (sic) para pregonar las fruslerías de su puesto de baratijas. En realidad, ni el quelonio da el triple salto mortal ni fue cazado por él sino que todo es pura charlatanería para facilitar que el Castelar (José Luis Ozores) y el Pelirrojo (Antonio Garisa) puedan desplumar a la concurrencia a sus anchas, ya sean "joven, persona o militar". Algunos incluso parece que le han tomado gusto a eso de que les birlen el parné, como la joven que deja que el Castelar hurgue en su bolso, como si tal cosa, de tan enamorada que está del tunante.

Al mismo truhan, sin embargo, le da por hablar una jerigonza extrañísima, que solo el Tío del Gabán es capaz de descifrar, cuando se pone nervioso (lo cual sucede bastante a menudo, especialmente en situaciones de peligro). Curiosamente, este mismo recurso cómico lo utilizaría años más tarde Antonio Ozores, hermano de José Luis y también presente en el reparto de la película, haciéndolo célebre en sus apariciones en el concurso televisivo Un, dos, tres.



El Tío del Gabán (Pepe Isbert) y el Castelar (José Luis Ozores)
La pérfida Germana (Alicia Palacios) y don Felipe Arévalo (Rafael Bardem)

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