sábado, 1 de agosto de 2015

El tigre de Esnapur (1959)




Título original: Der Tiger von Eschnapur
Director: Fritz Lang
Alemania/Francia/Italia, 1959, 95 minutos

El tigre de Esnapur (1959) de Fritz Lang


Tras muchos años ausente de su país, volvía Fritz Lang a rodar en Alemania dispuesto a darse un capricho: ya que en su momento no pudo dirigir un par de guiones que había escrito en colaboración con su esposa, Thea von Harbou, decidió que era llegado el momento de sacarse la espina clavada durante tanto tiempo.

Por eso, lo mismo en El tigre de Esnapur como en su secuela (La tumba india) lo importante, más que los diálogos, más que la historia, es disfrutar de los majestuosos decorados, del vestuario esplendoroso y de la sublime fotografía en color que convirtieron a este díptico en el súmmum del cine de aventuras.

Otro de los puntos fuertes es la destreza exhibida por Debra Paget como bailarina en la célebre escena en el templo de la diosa Shiva. Única actriz procedente de Hollywood en un reparto esencialmente europeo, es capaz de irradiar mediante los movimientos de su cuerpo un aura de voluptuosidad irresistible.

Con todo, y aunque son pocas, la película tiene también sus imperfecciones. Como ese tigre de trapo que se abalanza sobre el arquitecto Berger (Paul Hubschmid) en el momento culminante de la acción o la trampilla que se adivina bajo el canasto atravesado por sables en el que el faquir hace desaparecer a las doncellas de la corte. Incluso las huellas del equipo de rodaje sobre la arena del desierto se le pueden perdonar a una película de espíritu juvenil con la que Lang recuperaba la esencia de sus primeros años como realizador.

El exotismo de Seetha (Debra Paget)

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