domingo, 29 de marzo de 2020

Los crímenes del museo de cera (1953)




Título original: House of Wax
Director: André De Toth
EE.UU., 1953, 88 minutos

Los crímenes del museo de cera (1953)
de André De Toth

La primera película en tres dimensiones que produjo la Warner, con sonido estereofónico y en rutilante tecnicolor, resulta que, ¡ironías del destino!, fue dirigida por el húngaro André De Toth (1913–2002), el cual era tuerto (de hecho, en las fotografías aparece siempre ataviado con un aparatoso parche) y, por consiguiente, incapaz de percibir dicho efecto.

Pero ya se sabe que, cuando se trata de atraer al público a las salas, las novedades prevalecen por encima de cualquier otra consideración, de modo que el cineasta usó (y abusó) de los consabidos recursos en este tipo de cintas: vistosos títulos de crédito que se salen de la pantalla, bailarinas de cancán que lanzan sus piernas al frente o un tipo con una raqueta de pádelbol que no cesa de golpear la bola contra el objetivo de la cámara mientras suelta comentarios dirigidos al respetable (a uno y otro lado de la cuarta pared).



Y es que del terror al humor a veces sólo hay un paso. En ese sentido, House of Wax contiene, por ejemplo en la escena de la morgue, algún que otro comentario sarcástico, en boca de dos empleados, a propósito de lo potencialmente mortíferos que algún día llegarán a ser los automóviles. O, por más que se trate de una broma fácil, en el propio museo de cera se juega al equívoco de hacer que los visitantes confundan a personas de carne y hueso con algunas de las figuras allí expuestas.

Por lo demás, puede afirmarse, con toda certeza, que estamos frente a uno de esos títulos deliciosos del cine de género, poseedor de una excelente ambientación decimonónica que remite al imaginario de Edgar Allan Poe y en el que su protagonista indiscutible, una especie de Pigmalión moderno interpretado por Vincent Price, brilla con luz propia en su afán por lograr la perfección de sus criaturas al precio que sea.


2 comentarios:

  1. Hola Juan!
    Ahora no sabría decir si esta la vi siendo niño, lo que si recuerdo que estas películas me producían un miedo terrible, era incapaz de dormir con la puerta cerrada...jeje
    Venga, saludos y animo!

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    1. En cambio, si la vieses hoy, con ojos de adulto, te parecería del todo inofensiva.

      Saludos.

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