sábado, 27 de abril de 2019

Mi madre (2004)




Título original: Ma mère
Director: Christophe Honoré
Francia/Portugal/Austria/España, 2004, 110 minutos

Mi madre (2004) de Christophe Honoré


Provocadoramente amoral, Ma mère plantea una puesta en escena que, a nivel visual, desciende, por vía directa, del Pasolini de Saló o los 120 días de Sodoma (1975). Desprovista, eso sí, de cualquier connotación de tipo político. Y es que, en los inicios de su carrera, el francés Christophe Honoré aspiraba a convertirse en una suerte de enfant terrible, digno heredero de los planteamientos más rupturistas de la Nouvelle vague.

Incomodar al espectador, poner a prueba su paciencia hasta conseguir, en algunos casos, que éste abandone la sala, parece ser el objetivo de una película que recurre a tabúes como el incesto o la necrofilia para desafiar los prejuicios de la moral pequeñoburguesa. Eso es, al menos, lo que se ha vivido esta tarde en la sala Laya de la Filmoteca de Catalunya, una de las sedes del D'A y responsable de la retrospectiva que, en el marco de dicho festival, se le dedicará al director hasta el próximo mes de mayo.



Rodada en Canarias, Ma mère parece la síntesis de dos filmes clásicos de la cinematografía francesa: por una parte, la estrecha relación existente entre Pierre (Louis Garrel) y Hélène (Isabelle Huppert) recuerda enormemente a la de madre e hijo en El soplo al corazón (Le souffle au cœur, 1971) de Louis Malle; por otra, contiene determinados elementos vagamente sadomasoquistas que bien podrían entroncar con la estética de Maîtresse (1976) de Barbet Schroeder.

En todo caso, y habida cuenta de que en los próximos días comentaremos buena parte de su filmografía, dejémoslo, de momento, en que Honoré es simplemente Honoré, un cineasta controvertido, tal vez discutible e incluso irregular, pero que, y eso está fuera de dudas, no suele dejar a nadie indiferente. Podemos dar fe.


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