Título original: Here
Director: Robert Zemeckis
EE.UU., 2024, 104 minutos
Here (Aquí) (2024) de Robert Zemeckis |
La premisa de la que parte Here (2024) —rodar en plano fijo un largometraje de más de cien minutos de duración— supone un reto sólo al alcance de contados cineastas: aquéllos que, como el Hitchcock de La soga (1948), se atreven con lo que haga falta con tal de asombrar al espectador. Y ahora que se cumplen precisamente treinta años del estreno de Forrest Gump (1994), que ya fue una película impactante en su momento, el mismo equipo que la realizó, con Robert Zemeckis en la dirección y Tom Hanks y Robin Wright encabezando el reparto, contraataca de nuevo para hacer historia.
Visualmente, la cinta que nos ocupa supone un portento a la altura de Kubrick o Terrence Malick: así de claro y contundente. Otro tema es que los diálogos adolezcan, en cambio, de una cierta ñoñería a fuerza de subrayar el contexto histórico en el que se encuentran los personajes. Algo quizá inevitable, dada la mutabilidad del ambiente, aunque siempre en el mismo espacio. Y así, las sucesivas generaciones que habitaron la casa en la cual transcurre la acción se relevan las unas a las otras, cada una con sus respectivos desvelos e ilusiones.
Aunque, de hecho, el ambicioso guion de Eric Roth y el propio Zemeckis, a partir de la novela gráfica de Richard McGuire, va mucho más allá de lo que sería una simple saga a escala humana para mostrar los avatares acaecidos desde la época de los dinosaurios en el lugar que ocupa la vivienda. El resultado, inusualmente audaz tratándose de una producción gestada en el seno de la conservadora industria hollywoodense, constituye un apasionante recorrido por diferentes épocas y períodos geológicos, desde las glaciaciones hasta la Guerra de Independencia, pasando por los primeros pobladores indígenas para quienes aquel espacio, entonces en medio de un bosque, era sagrado.
Al llegar al siglo XX, sin embargo, la cosa se ralentiza con la intención de profundizar aleatoriamente en las vidas de los distintos propietarios que tendrá la casa a lo largo del tiempo: parejas, familias; unos apasionados por la aeronáutica, otros por la pintura; pertenecientes a distintas razas y credos, pero todos ellos fiel reflejo de la evolución de la sociedad americana. Su desfile por la pantalla, mediante distintos encuadres que se abren y cierran sin orden ni concierto, sugiere que su presencia sigue viva, que cuanto allí aconteció, sobre todo en lo concerniente a los protagonistas —Richard (Hanks) y Margaret (Wright), Al (Paul Bettany) y Rose (Kelly Reilly)—, impregna de energía las paredes de aquel salón, testigo impasible de tantísimas intimidades y personaje principal de la película.
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