jueves, 31 de diciembre de 2020

Tiovivo c. 1950 (2004)




Director: José Luis Garci
España, 2004, 150 minutos

Tiovivo c. 1950 (2004) de J.L. Garci


Evidenciando la misma ñoñería mesetaria y plúmbea que viene siendo la tónica habitual en sus últimas producciones, Garci se propuso volver a hacer La colmena. Con la pequeña salvedad de que esa película ya existía... ¿De verdad era necesario? ¿Qué aportaba Tiovivo c. 1950 que previamente no estuviese en el filme de Camus y Dibildos? Hasta el extremo de que hay situaciones y alusiones calcadas, como aquello del "planteamiento, nudo y desenlace" o el afán de concurrir a un certamen literario de segunda, aunque sea en alguna región remota, con la única esperanza de ganarse un dinerillo. Por no mencionar la academia de baile o el café regentado por una hosca y enlutada propietaria (María Asquerino). De todo lo cual se desprende un cierto tufo, entre el homenaje redundante y el plagio, que tira de espaldas. Mal empezamos...

Aunque ya se sabe que Garci es un director muy dado a rendir culto a sus ídolos, del Hollywood clásico o del cine español. Y, en ese aspecto, reunir en una misma película a tantísimos actores y actrices de renombre siempre resulta entrañable (algunos, por cierto, como Agustín González, Paco Algora o Manolo Zarzo, también actuaban en La colmena). Entre esa pléyade de viejas glorias brillan con luz propia Alfredo Landa (Eusebio) y Andrés Pajares (Romualdo). Y la mítica Aurora Bautista (doña Anunciada), en el último papel de su extensa carrera cinematográfica.



La presencia en el reparto de esos nombres ilustres propicia algún que otro guiño a lo largo de las dos horas y media de metraje. Por ejemplo, cuando el banquero/productor don Irineo (Santiago Ramos) menciona en una conversación a Fernán Gómez, quien más tarde tendrá una aparición fugaz como tertuliano, o los carteles de Agustina de Aragón (protagonizada en 1950 por la ya mencionada Aurora Bautista) que decoran las paredes del Café Internacional.

En definitiva, y al margen de su más que discutible planteamiento, a veces rayano en la vergüenza ajena (caso del personaje que interpreta María Adánez: la pobre parece más gallega que barcelonesa cuando intenta remedar el acento catalán en la escena que comparte con Iñaki Miramón), lo cierto es que la dirección artística a cargo de Gil Parrondo y la fotografía en formato panorámico de Raúl Pérez Cubero son excepcionales.

María Adánez con Antonio Giménez Rico al fondo a la izquierda


6 comentarios:

  1. Hola Juan, no he visto las películas que mencionas, solo paso a decirte que la palabra tiovivo siempre me llama la atención.
    Acá se conoce como "calesita".

    Espero tengas un excelente 2021
    Gracias por desasnarme siempre en lo que se refiere a cine, e incluso en otras artes. Recuerdo tus acertadas recomendaciones musicales

    Salud, amigo!

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    1. La vida es un carrusel, Frodo.

      Gracias a ti por tu fidelidad y tus comentarios tan elogiosos.

      Feliz 2021.

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  2. Lo has resumido muy bien ¿merece la pena tragarse la peli para ver este atractivo desfile de actores? Pues eso, allá cada cual.

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    1. Siento un gran aprecio por Garci, ya que me aficioné al cine viendo sus coloquios en La 2 de TVE. Pero, amigo mío, eso no impide que las películas que ha dirigido en los últimos años me parezcan insufriblemente cursis.

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  3. Hola Juan!
    Vaya, pues si que me has respondido a mi ultima pregunta. Yo también le tengo un especial aprecio a Garci, aunque si me preguntas a quien quiero mas, ¿a mama o a papa? te diría que Pumares ejerció mas influencia sobre mi persona que Garci, al bueno de Carlos tengo que dedicarle una entrada uno de estos días. Me temo que si, algunas de sus ultimas películas me cuesta terminarlas, esta en particular volví a verla no hace mucho y la verdad que se me hizo cuesta arriba por momentos.
    Lo que Trecce plantea esta muy bien, es que el cartel es muy llamativo...
    Saludos!

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    1. A Pumares me lo crucé en el Festival de Sitges, hará un par de años. Aunque me temo que no es santo de mi devoción (probablemente me traumatizaron sus intervenciones en las "Crónicas marcianas" de Sardà).

      Saludos.

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