Título original: Dernier amour
Director: Benoît Jacquot
Francia, 2019, 98 minutos
Casanova, su último amor (2019) de Benoît Jacquot |
En las antípodas de como lo imaginara Fellini, la lectura que el francés Benoît Jacquot (París, 1947) propone de Casanova humaniza al personaje a fuer de insistir en un episodio poco conocido de sus memorias que desmitifica la inveterada fama de seductor que siempre lo ha venido acompañando. Exilado en Londres, ajeno a una ciudad y un ambiente cuyos entresijos se le escapan, el hombre maduro afrontará la frustración de sentirse "rechazado" por una joven meretriz (Stacy Martin) que se resiste a corresponder la poderosa atracción que el susodicho siente hacia ella.
Aunque, en puridad, asistimos a un flashback: la confesión del anciano a la nieta de su mecenas desde su retiro dorado como bibliotecario en Bohemia. De lo que se infiere que, a pesar de los años transcurridos, la vivencia le marcó profundamente.
Muchos dirán que la película se aparta del mínimo rigor histórico con tal de ofrecer una imagen inédita del seductor por antonomasia o incluso pondrán en duda la idoneidad de Vincent Lindon para encarnar el refinamiento dieciochesco de Casanova. De acuerdo. Pero, al mismo tiempo, hay que admitir que ni los estereotipos son intocables ni la ficción tiene por qué estar sujeta a prerrogativas de obligado cumplimiento.
A este respecto, un Casanova romántico, cuasi depresivo, es tan válido como la estampa más divulgada del libertino incorregible. Máxime cuando la fotografía tenebrista de Christophe Beaucarne o un excelente diseño de vestuario contribuyen a redefinir la figura del aventurero hasta el punto de presentarlo mejor de lo que fue.
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