Título original: Shadows
Director: John Cassavetes
EE.UU., 1958, 81 minutos
Sombras (1958) de John Cassavetes |
Que la película independiente por antonomasia rebase ya la condición de sexagenaria da buena idea de hasta qué punto ha quedado obsoleto el término. O así al menos lo cree el crítico Quim Casas, quien esta tarde presentaba en la Filmoteca de Catalunya su último libro: Lejos de Hollywood. 50 películas esenciales del cine independiente norteamericano, publicado por la UOC.
Según Casas, en su momento también fueron "independientes" filmes que hoy a duras penas recibirían dicha etiqueta, tales como Lo que el viento se llevó (1939), producido por Selznick con el concurso de algunas estrellas de aquel entonces, pero al margen del sistema de estudios. Y es que el adjetivo, un poco como le ocurre a otros calificativos (caso, por ejemplo, de cantautor, que no es exactamente "el que canta sus propias letras") ha acabado adquiriendo unas connotaciones muy específicas, a menudo sinónimo de bajo presupuesto.
Al parecer, Cassavetes ni siquiera pretendía estrenar Shadows cuando la filmó, sino que el carácter improvisado de la cinta estaba inicialmente concebido para que sirviese como ejercicio interpretativo al servicio de sus actores. De hecho ése terminaría siendo el método de trabajo empleado por el cineasta a lo largo de una carrera marcada por la coherencia y financiada con trabajos alimenticios en producciones taquilleras como Doce del patíbulo (1967) o La semilla del diablo (1968).
La película, cuya acción transcurre en Nueva York, aderezada con música incidental de Charles Mingus, plantea un tema similar al de Imitation of Life (1959) de Douglas Sirk, si bien el conflicto racial de la protagonista carece del componente melodramático que cabría esperar. Cassavetes, impregnándose de la misma frescura con la que ese mismo año daría comienzo la Nouvelle Vague en Francia de la mano de À bout de souffle (1960), opta, en cambio, por tomas largas basadas en diálogos espontáneos a partir de unas cuantas indicaciones. Nacía, así, el New American Cinema y, con él, uno de sus autores más notables.
Que tal Juan!
ResponderEliminarSiempre he pensado que el cine funciona como calendario, las películas van soplando velas lo mismo que nosotros.
Pues de Quim Casas tengo unos cuantos libros, me hubiera encantado estar en esa presentación.
Otro titulo que me acabas de descubrir, te agradezco el enlace, ademas las copias de Criterion estan casi todas restauradas, o eso creo...
Por cierto, "Imitation of Life" es una maravillosa pelicula con uno de esos momentos que me pone la carne de gallina. Creo que ya te lo mencione, de todos los lugares que visitamos en Nueva York (en eso Carmen coincidio conmigo) uno de los que mas nos impacto fue asistir la mañana de un domingo a una misa Gospel. Yo tenia mis dudas y no estaba muy convencido, creía que seria un espectáculo para turistas pero no, aquello fue una experiencia inolvidable, te lo dice alguien que no tienen ningún tipo de convicción religiosa. Este es el momento al que me refería de la película de Douglas Sirk:
https://www.youtube.com/watch?v=V-1ZxMR6CjQ
Que tengas un buen finde!
Gracias a ti por compartir tus experiencias y el enlace.
Eliminar¡Saludos!