Director: John Cassavetes
EE.UU., 1980, 123 minutos
![]() |
Gloria (1980) de John Cassavetes |
Ni le atraía el proyecto ni quería dirigir la película, pero al final, debido a la precaria situación económica en la que se hallaba tras la pobre repercusión en taquilla de sus dos filmes anteriores, a John Cassavetes no le quedó más remedio que ponerse al frente de Gloria (1980). Aunque, ironías del destino, lo que en principio no era más que un guion un tanto disparatado que el cineasta había vendido a Columbia Pictures se iba a convertir, a su vez, en uno de los títulos de su filmografía mejor valorados por la crítica, aparte de acabar siendo su trabajo más accesible para el gran público.
Guiado por la premisa de subvertir los estereotipos habituales del thriller, Cassavetes concibe una historia vagamente inspirada en clásicos del tipo Con la muerte en los talones (1959) en la que el protagonismo recae sobre una pareja a priori tan insólita e improbable como un ama de casa de una cierta edad (de nuevo Gena Rowlands) y un niño puertoriqueño de apenas seis años (John Adames). El resultado, hasta cierto punto paródico, sitúa a los susodichos en la tesitura de huir permanentemente de una organización criminal que, después de asesinar a la familia del pequeño, pretenderá hacerse con un ejemplar de la Biblia en el que el padre del muchacho había anotado informaciones comprometedoras.
Y así, pese a lo manido del recurso, ese macguffin permite avanzar la trama a lo largo y ancho de una geografía urbana, la de los barrios bajos neoyorquinos, que en manos de Cassavetes adquiere una sordidez aún mayor que la que ya explotara Martin Scorsese en la fundacional Taxi Driver (1976). A este respecto, la banda sonora de Bill Conti, una partitura de sonoridades remotamente emparentadas con el Concierto de Aranjuez del maestro Rodrigo, adquiere una omnipresencia semejante a la que ya tenía la música de Bernard Herrmann en la mencionada cinta de Scorsese.
Otros referentes cinéfilos se perciben con relativa facilidad. Por ejemplo, Gloria se apellida Swenson, lo cual remite de inmediato a Gloria Swanson, la protagonista de El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, 1950) de Billy Wilder, quizá porque el tándem Rowlands-Cassavetes ya se sentían de otra época. Nota humorística que, sin embargo, contrasta con la dureza de un personaje femenino atípico, tal vez heredero de Bogart, tras cuya máscara se intuye un pasado inaudito. Así pues, Gloria no es sólo una película de persecuciones, sino que representa también el encuentro de dos soledades que se complementan y se transforman mutuamente hasta desembocar en un final, en un cementerio, que roza la irrealidad.
Gran trabajo de Gena Rowlands en las manos de una buena dirección.
ResponderEliminarAunque no se encuentra entre sus trabajos más prestigiosos, a mí es de las películas que más me gustan del tándem Rowlands-Cassavetes.
EliminarTransita por los géneros con una elegancia y convicción excepcionales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay quien le quita mérito, pero a mí me parece una de sus mejores películas.
EliminarUn abrazo.