sábado, 20 de agosto de 2022

La luz de la noche (1957)




Título original: Nattens ljus
Director: Lars-Eric Kjellgren
Suecia, 1957, 90 minutos

La luz de la noche (1957) de Lars-Eric Kjellgren


Ya desde su propio título, que no deja de ser un bonito oxímoron, Nattens ljus (1957) se caracteriza por un cierto tono poético de cuento de hadas. Su protagonista, la candorosa Maria (Marianne Bengtsson), es una joven de apenas dieciséis años que viaja por vez primera a Estocolmo para pasar unos días en casa de una tía suya. Sin embargo, en cuanto baje del tren se va a ver envuelta en un montón de peripecias, de modo que pasará toda la noche yendo de un lado a otro, saliendo de un imprevisto para meterse en el siguiente.

Buena parte de esas aventuras las va a vivir en compañía de un ladronzuelo llamado Peter (Lars Ekborg), simpático tunante que, además de robar maletas y algún que otro coche, sueña con llegar a ser algún día un gran compositor. El caso es que la chispa entre ambos no tarda en surgir y juntos recorren diversos puntos de la ciudad, llegando incluso a ganar un concurso de baile y hasta participar en el rodaje de una película en color.



Esa particular atmósfera de magia en la que se ven envueltos los personajes nace de la casualidad, sí, pero también de la buena fe que destilan la mayor parte de ellos. Por ejemplo Alfred Björk (Gösta Cederlund), veterano intérprete cinematográfico que se cruza con Maria en la estación y cuyo instinto paternalista le hará estar pendiente de la muchacha en todo momento. Afán de protección que puede hacerse extensivo a los diversos agentes de policía con los que la joven entra en contacto a lo largo de su particular odisea.

En definitiva, pudiera resumirse el conjunto de la trama definiéndola como una comedia bienintencionada a propósito de seres que bailan el vals bajo las estrellas. Un producto amable y efectista, en el guion del cual intervino, por cierto, Ingmar Bergman (aunque no aparezca acreditado), y que a punto estuvo de hacerse con el codiciado León de Oro en el Festival de Venecia.



6 comentarios:

  1. Y con un fondo de aventura urbana por lo que cuentas.

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  2. Hola Juan!
    Me estoy fijando en los posters de estas películas y todas tienen un diseño y estilo muy parecido. La trama ha dado lugar a no pocas películas.
    Saludos!

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    1. Efectivamente, Fran. Todos los carteles se parecen, puesto que todas estas películas fueron producidas por la misma compañía cinematográfica: la Svensk Filmindustri (SF). Y en cuanto al argumento, pues ya te digo: anda que no se han hecho comedias con ese mismo planteamiento. A mí me recuerda un poco (salvando las distancias, que son muchas) a "Jo, ¡qué noche!" de Scorsese.

      Saludos.

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  3. Un oxímoron que me recuerda a las pinturas de Magritte en que una casa está iluminada de noche en un paisaje de día y viceversa

    Abrazos Juan!

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    1. Bueno: digamos que esta película no participa exactamente de ese estilo surrealista, aunque comparto contigo la admiración por los cuadros de Magritte.

      Un abrazo.

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