jueves, 4 de agosto de 2022

Esto no puede ocurrir aquí (1950)




Título original: Sånt händer inte här
Director: Ingmar Bergman
Suecia, 1950, 84 minutos

Esto no puede ocurrir aquí (1950)


Me gusta este país y su gente. Son personas inteligentes que no se meten en nada, un hermoso y sonámbulo pueblo. Un tipo de personas domingueras que, si algún día llegaran a averiguar lo que ocurre a su alrededor, no les haría daño. Con su voz escéptica sólo dirían: "¡Esto no puede ocurrir aquí!"

Extraído de los diálogos de la película

Nadie asociaría, a priori, el cine de Bergman con las películas de espías. Y, sin embargo, la cinta que hoy nos ocupa pertenece de pleno a dicho género. Aunque es precisamente esa condición de rara avis lo que convierte a Sånt händer inte här (1950) en uno de los títulos más singulares de la filmografía del cineasta sueco. Sobre todo porque, dada la especial sensibilidad que caracteriza su universo cinematográfico, son varias las particularidades que hacen de esta historia un ejemplar único en su especie.

De entrada hay un sambenito que ha pesado enormemente en la posterior difusión del filme. Y es la poca o nula estima que el propio Bergman sentía hacia él. Hasta el extremo de que apenas suele proyectarse muy de vez en cuando, sin ni siquiera haberse llegado a editar en DVD u otros formatos comerciales. Se trata, digámoslo así, de una película maldita, repudiada por su director, quien se avergonzaba de ella considerándola un pecado de juventud y poco más.



No obstante, y aun habiendo dejado constancia de que fue un mero trabajo alimenticio llevado a cabo sin ninguna convicción, conviene remarcar, eso sí, el carácter anticomunista de un argumento no exento de alguna que otra pincelada humorística. Así pues, la trama gira en torno a una pareja de elementos subversivos procedente del imaginario régimen de Liquidatzia (algo así como la caricatura del Estado soviético). Él se llama Atkä Natas (Ulf Palme) y alberga oscuras intenciones hacia un grupo de compatriotas exiliados en Suecia; su ex mujer, en cambio, se llama Vera (Signe Hasso) y procurará contrarrestar, en colaboración con el agente de policía Almkvist (Alf Kjellin), la acción del ex marido.

Como se ve, el resultado no deja de ser un intento de emular, tal vez parodiar, cierto modelo hitchcockiano de thriller basado en un esquema de espionaje y contraespionaje. Para ello, y con miras a vender el producto en el mercado internacional, no sólo se requirieron los servicios de varios actores ya afincados por aquel entonces en Hollywood (caso de los mencionados Hasso y Kjellin), sino que, además, se rodaron dos versiones distintas de la película, una en sueco y otra en inglés. Aun así, la recepción por parte de público y crítica fue un auténtico fiasco, relegando injustamente la cinta a un limbo del que ya nunca saldría.



4 comentarios:

  1. Seguramente por cercanía, estos asuntos que tienen que ver con el régimen soviético, siempre han sido un tema sensible en los países nórdicos.

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    1. Soviéticos o rusos, el caso es que tenerlos de vecinos suscita como mínimo inquietud.

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  2. Hola Juan!
    Pues muchas gracias por traerla, desde luego que si, desconocida (al menos para mi) e imposible de dar con ella. La verdad que si me pones esos fotogramas sin ningún dato jamás diría que se trataba de una película del famoso director.
    Saludos y buen finde!

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    1. Pues sí: una rareza en la filmografía bergmaniana.

      Gracias a ti, Fran, por pasar y comentar.

      Saludos.

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